Un portavoz del grupo insurgente aseguró que intentarán “convencer” a la gente en lugar de obligarles, pero “en el islam”, la música no está permitida.
Además de mantener cercanía con los melómanos, la dirección universitaria ofrece un esquema de trabajo para intérpretes y compositores que no perciben ingresos por la emergencia sanitaria, explica José Wolffer.