Israel reconoció que estuvo detrás de los ataques con buscapersonas y walkie-talkies de septiembre en Líbano, que dejaron al menos 40 muertos y más de 3.500 heridos.
Los tres periodistas murieron en una casa de huéspedes situada en un área que hasta ahora se había librado de las hostilidades y había sido usada por lo medios de noticias como su base en la cobertura de la guerra.
En un discurso, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, afirmó que "la solución" para poner fin a la guerra en Líbano es "un alto el fuego", y aseguró que su movimiento no será "derrotado".
La entrega de este sofisticado sistema de defensa antimisiles puede agravar aún más el conflicto en Oriente Próximo, a pesar de los esfuerzos diplomáticos generalizados para evitar una guerra total.
"Ayer [sábado], soldados israelíes bloquearon un movimiento logístico crucial de la Finul cerca de Meis el Jabal, impidiendo su paso", indicaron las fuerzas de la paz de la ONU.
"Exhortamos a todas las partes en conflicto a respetar la presencia de la FINUL, lo que incluye garantizar la seguridad de todos sus empleados", señalaron.
Esta fuerza, que cuenta con unos 9.500 soldados, está atrapada en el fuego cruzado entre Israel y Hezbolá desde que el movimiento proiraní abrió un frente contra el Estado hebreo en octubre de 2023.
El titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, advirtió ayer desde Beirut que los bombardeos aéreos israelíes contra Líbano violan el derecho internacional humanitario.
Israel sigue luchando contra Hamas un año después del ataque del grupo el 7 de octubre contra Israel, y ha abierto un nuevo frente en el Líbano contra Hezbollah.
"Ya tenemos una capacidad militar muy robusta para defendernos y para ayudar a Israel a defenderse", afirmó el vocero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Joe Biden declaró, en su último discurso ante la Asamblea General de la ONU, que EU no debe aislarse del mundo, mientras Israel y los combatientes de Hezbollah en Líbano se acercan a una guerra total.
Los combatientes de Hezbolá dispararon "decenas de cohetes Katyusha" contra el norte de Israel en respuesta "a los ataques del enemigo israelí contra (...) viviendas de civiles", afirmó el grupo.
Los lanzamientos de misiles se produjeron dos días después del lanzamiento de una treintena de cohetes desde Líbano, atribuido a organizaciones palestinas.
Las irrupciones reflejan la creciente cólera de la población hacia los bancos y las autoridades que han intentado reformar la corrupta y maltrecha economía del país.
La política estadunidense hacia su pequeño país y el servil apoyo de Washington hacia las habituales invasiones de Israel, han contribuido mucho a producir la tragedia de Líbano.