A juicio de Rafael Grossi, ambos países deben comprometerse a garantizar la seguridad de la central de Kursk, ya que un impacto podría ocasionar “un incidente nuclear, posiblemente, con fuga radiactiva”.
Están tratando de cortar las vías de suministro de víveres, municiones, equipos militares y unidades de refuerzo del enemigo, aunque se trata de un sector muy localizado del extenso frente de combates.