Decenas de miles de personas formaban un río de varios kilómetros de largo en el centro de Minsk y se enfrentaron nuevamente a las fuerzas de seguridad.
Ondeando banderas blanca y rojo -colores del movimiento-, la multitud estaba reunida en la plaza de la Independencia y en calles aledañas, gritando lemas como "¡libertad!".