Cuautitlán Izcalli, Méx. Vecinos de ejidal San Isidro y la Unidad Habitacional Niños Héroes exigen dejar de recibir desfogues de aguas negras y pluviales de la presa Ángulo cada temporada de lluvias.
Además, solicitaron que sea una realidad la construcción del colector del embalse hacia el Emisor Poniente, pues desde hace cerca de seis años los tubos que serían destinados para la obra permanecen abandonados en la zona.
En cada temporada de lluvias, habitantes de ambas comunidades, entre otras, reciben las descargas de la presa, la cual recibe escurrimientos de los municipios de Atizapán de Zaragoza, Nicolás Romero y en menor medida de Cuautitlán Izcalli.
Amas de casa refieren que debido a la lluvia del lunes de la semana pasada, y como cada año, se suspendieron clases en las secundaria Gregorio Torres Quintero y la primaria Tierra y Libertad, ya que la la avenida 13 de Septiembre de la Unidad Habitacional Niños Héroes quedó anegada por los escurrimientos de la presa.
“El agua llega a la rodilla de los niños si se arriesgan a cruzar la avenida, por ello yo creo que los maestros optan por suspender actividades, por lo menos un día, en espera de que baje el nivel del agua”, comentó Adriana Gómez, quien cada día va por sus nietos a la primaria.
Un vendedor de pollo señaló que cada año la colonia se convierte en una cloaca. Pues la solución de las autoridades es emplear el sistema de drenaje de la Unidad Habitacional Niños Héroes para canalizar los excedentes de la presa.
Vecinos mostraron la hilera de tubos abandonados en la avenida 13 de Septiembre, los cuales, comentan, esperan sean empleados algún día para consolidar la promesa del colector.
Añadieron que el material de metro y medio de diámetro está grafiteado y sirve de refugio para asaltantes de peatones.
Sandra Sánchez y Adriana Ximelle, de la colonia Ampliación San Isidro, refieren que cada que llueve oran para que no se inunde Atizapán de Zaragoza, pues las aguas pluviales y de drenaje de dicho municipio elevan el nivel de la presa, y es entonces que las autoridades realizan el “desfogue controlado” hacia sus comunidades.
Los pobladores, en un recorrido, también mostraron los costales que colocan en calles y entradas de sus domicilios para evitar que los escurrimientos ingresen a sus hogares. Sin embargo, indican que la iniciativa resulta insuficiente pues cada año hay casas inundadas.
El 2 de junio pasado, la presión del desfogue de la presa reventó un tubo en la esquina de la avenida Quetzal y cerrada de Carrizales, frente a una vivienda cuyo zaguán quedó dañado.
El alcalde Daniel Serrano dio a conocer el lunes en conferencia que se requieren de 150 millones de pesos para construir el colector, que es la única manera de resolver el problema.