Madrid. El ex fundador de Podemos y profesor de política en la Universidad Complutense de Madrid, Juan Carlos Monedero, empieza a despejar su panorama judicial a raíz de las denuncias de abuso y agresión sexual presentadas contra él en varios puntos del país.
En menos de una semana se han archivado ya dos querellas criminales, una en Galicia y otra más en Madrid, donde la fiscalía decidió no continuar con la investigación al entender que “la conducta llevada a cabo por el denunciado durante el curso académico 2021-2022 no es constitutiva de un delito contra la integridad moral”.
En febrero pasado estalló el que se convirtió en poco tiempo en el segundo peor escándalo de carácter sexual y machista en el seno de la izquierda española, sólo unos meses después de que otro fundador de Podemos, Íñigo Errejón, también fuera denunciado por vejaciones y agresiones sexuales.
La figura cuestionada ahora era la de Juan Carlos Monedero, profesor de política y sociología y un asesor vinculado a los gobiernos de izquierda en América Latina, sobre todo al de Venezuela. Él se declaró en todo momento inocente y víctima de una campaña en su contra, pero los testimonios, algunos anónimos, en su contra eran muchos y variados, con lo que se abrieron sendas investigaciones para intentar aclarar los hechos.
La fiscalía no encontró delito en los hechos trasladados el pasado 10 de abril por la Universidad Complutense, que ya le había abierto un expediente disciplinario sobre su comportamiento con algunas alumnas asistentes a su clase durante el curso académico 2021-2022, aunque sí considera “inadecuada y reprochable moralmente” su conducta.
La fiscalía explicó en su auto de archivo que las conductas recogidas en el expediente, expresiones a distintas alumnas “pueden ser calificadas como inadecuadas, improcedentes, fuera de lugar y reprochables moralmente, sobre todo de quien se dedica a enseñar y a quien se le exige una cierta responsabilidad social vinculada a transmitir unos valores éticos.
Pero no todo trato degradante será punible, sino sólo los más lesivos” y explica que para que esa conducta sea declarada “grave” la jurisprudencia requiere que sea reiterada y tenga un “plus de desvalor y pueda crear en las víctimas sentimientos de terror, de angustia y de inferioridad, susceptibles de humillarles, de envilecerles y de quebrantar, en su caso, su resistencia física o moral, menoscabando gravemente su integridad moral”.
Y, según el criterio del fiscal, la conducta de Monedero contra sus ex alumnas fueron “meramente impropias” y “la escasa entidad de los hechos, el marco en que se producen y el tiempo transcurrido no han permitido obtener los elementos precisos para interponer una denuncia por un delito contra la integridad moral”.