En el marco del Día de las Madres, la Arquidiócesis Primada de México recordó el rostro de las mujeres “que no aparecen en las postales coloridas”, porque viven buscando a sus hijos desaparecidos, los han visto morir a causa de la violencia o han sido testigos de su reclutamiento por el crimen organizado.
A través del editorial Desde la Fe, titulado “Gracias a todas las madres: Estamos con ustedes”, también se critica la práctica del aborto y a los políticos que la apoyan. Se destaca la importancia de esta fecha festiva “para hacer una invitación a redescubrir la maternidad como símbolo de esperanza”.
La institución religiosa, presidida por el cardenal Carlos Aguiar Retes, señala que “hoy, muchas madres no tienen a quién abrazar: hay madres que viven buscando a sus hijos desaparecidos, recorriendo caminos de incertidumbre por todo México con una foto en la mano y una esperanza intacta en el corazón”.
“Hay madres que han visto morir a sus hijos a causa de la violencia, que han sido testigos del reclutamiento de sus adolescentes y jóvenes por el crimen organizado, o que han vivido la violencia intrafamiliar”, añade.
En relación con otro problema social, la Arquidiócesis se solidariza con las madres que viven “el drama silencioso del suicidio juvenil, la segunda causa de muerte entre los jóvenes. Estas realidades no pueden ser invisibles”. Retrata el dolor de las madres como “una espada” que atraviesa su corazón.
Sobre el aborto, lamenta que se promueva cada vez más la idea de que “es un derecho absoluto; se nos olvida que, en el vientre de una madre, no hay un proyecto de vida, sino una vida ya iniciada”.
“La maternidad no siempre llega en condiciones ideales, pero eso no le quita valor ni dignidad a la vida que comienza. Tristemente, en muchos discursos sociales y políticos se apoya más la decisión de quitar la vida que la de defenderla, y se deja de lado el derecho más elemental: el derecho a nacer, el derecho a la vida.
“Aprovechamos esta fecha para hacer una invitación a redescubrir la maternidad como símbolo de esperanza, como reflejo del amor de Dios que da vida, cuida y acompaña. A todas las madres —las que tienen a sus hijos en brazos, las que disfrutan de su compañía y las que los llevan en el corazón—, les decimos gracias”, concluye.