El América no tuvo contratiempos. Supo muy pronto cómo tenía que jugar el partido contra el Pachuca en los cuartos de final de la Liga y lo ganó (2-0, 2-0 global), como si tuviera urgencia de irse a tomar un descanso. En menos de 45 minutos el actual tricampeón definió su pase a la siguiente ronda, orgulloso, confiado y sin la angustia de antiguas series que favorecieron a su rival. En semifinales podría encontrarse otra vez con Cruz Azul, como en la Copa de Campeones de Concacaf en la que fue eliminado. 

Las Águilas dominaron hasta en lo simple. Con los goles de Alejandro Zendejas (16 y 28) y la expulsión por doble tarjeta amarilla del neerlandés marroquí Oussama Idrissi, los rebotes, las acciones individuales, los despejes de saque de meta o tiros de esquina estuvieron casi siempre de su lado. Detrás de esa forma tan ofensiva de competir no hubo esta vez ningún precipicio, nada que pudiera poner en riesgo la eliminatoria en el estadio Ciudad de los Deportes. 

En los Tuzos la esperanza fue contraria al nivel de sus jugadores, inseguros, adormilados, muchas veces superados incluso por la velocidad del árbitro Daniel Quintero Huitrón. Zendejas entró dos veces por la banda izquierda a las espaldas de Jorge Berlanga y Juan Sigala, responsables de marcarlo, y lo celebró con goles. Muy tarde, el técnico uruguayo Guillermo Almada sacó de cambio a los jóvenes defensores para evitar que la noche terminara en goleada.  

Tan sólo por diferencia de días, el América dio un doble golpe a Grupo Pachuca: avanzó a las semifinales en la Liga, luego de caer hace un año en Concacaf en la misma instancia (3-2 global), y clasificó vía escritorio al repechaje del Mundial de Clubes en lugar del eliminado León, también propiedad de la organización hidalguense.  El uruguayo Rodrigo Aguirre falló un penal en el último minuto.