Ciudad de México. Durante el tercer día del operativo para desalojar y reubicar a personas en tránsito, las cosas se tensaron. Refugiados en el campamento Vallejo de la alcaldía Gustavo A Madero (GAM), reclamaron a representantes del gobierno capitalino las amenazas de que este martes vence el plazo para que acepten trasladarse de manera voluntaria al albergue Vasco de Quiroga, en Tepito, de lo contrario corren el riesgo de desalojo.
Mientras que Temístocles Villanueva, titular de la Coordinación de Movilidad Humana, afirmó que hay un bloqueo encabezado por el Poder Judicial de la Federación (PJF) y el Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), al otorgar la suspensión para que los migrantes no sean desplazados. “Pareciera que esto se convirtió en un conflicto político del Poder Judicial en contra del gobierno de la ciudad, evitando que el traslado voluntario se lleve a cabo”.
En los últimos tres días, trabajadores de limpieza capitalina, retiraron 10 camiones con aproximadamente 4.5 toneladas de basura acumuladas de cada uno de los cuartos informales que han desmantelado. Entre los desechos habían montones de garrafones de agua, juguetes, ropa, zapatos muebles, cobijas, carriolas, colchones; todos en mal estado, incluso se percibían malos olores.
A los migrantes no les importa vivir a un costado de las vías donde dicen que el tren pasa cada tercer día a menos de tres metros de distancia del campamento. Nelyda, de origen venezonalo, señaló que arribaron trabajadores del gobierno capitalino para darle de plazo media hora para sacar sus pertenencias del pequeño cuarto construido con materiales reciclados, llamados Ranchito, porque le dijeron que iban desmantelar el campamento.
“Desde el sábado arribaron los funcionarios. Nos advertirnos que desocupáramos los Ranchitos. Les respondí que su actitud no es la adecuada y que no podían obligarme, porque hay un recurso de amparo con suspensión definitiva que impide que seamos desplazados. Nos ofrecieron refugio, pero no es optimo, porque vivimos hacinados y separan a las familias, además está en una zona que es bastante peligrosa”, señaló .
“Es inhumano lo que están haciendo de quitarnos un espacios donde, si bien no vivimos en las mejores condiciones, por lo menos lo hacemos en libertad, podemos trabajar, llevar a los niños a la escuela, y en un albergue no, porque ponen horarios de entrada y salida, dan mal de comer. Todos los que estamos aquí tenemos la experiencia y sabemos lo que es estar en una posada. Aquí el Ranchito está grande y bonito, donde caben nuestras escasas pertenencias, viejos y mugrosos, pero sirven para descansar”, manifestó Gerardo, quien habita uno de estos lugares con su esposa e hijos.
Denuncian "boicot" en traslado a albergues
El fin de semana Blanca Alicia Ochoa Hernández, titular del Juzgado Décimo Tercero de Distrito en Materia Administrativa en Ciudad de México concedió una suspensión que impide que los migrantes sean desalojados.
Al respecto, Temístocles Villanueva, mencionó que “hay una estrategia de Boicot de todo este traslado voluntarios a los albergues, particularmente del IFDP quienes se han presentados desde el sábado desinformando y haciéndole creer a las personas que el campamento que han montado prácticamente es suyo y nadie puede moverlos”.
“Seguimos haciendo uso del diálogo, a partir de la confianza, ofreciendo una opción digna para que estas personas puedan pernoctar y vivir en los albergues a puertas abiertas, donde se les permite salir a sus actividades cotidianas, se le otorga los tres alimentos y un espacio limpio”.
Reiteró que en el refugio aún permanecen poco más de 300 migrantes que se resisten a ser desplazadas, “debido a que se siente protegidas por el amparo emprendido por el IFDP, quienes despliegan brigadas de abogados y convencen a la gente de promover amparos, esto ya rebasó cualquier capacidad de construcción de diálogo por una guerra desinformativa.
Absolutamente a nadie se le ha desalojado de manera obligada, pero tampoco la Ciudad de México puede garantizar que los espacios públicos que son para todas se otorguen sin ningún tipo de orden y control a las personas en contexto de movilidad”. Agregó que para evitar que los espacios recuperados sean tomados nuevamente, hay vigilancia por parte de la policía capitalina de manera permanente.