Migrantes refugiados en el campamento de Vallejo, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, rehúsan ser trasladados al albergue Vasco de Quiroga, en Tepito, pese a la advertencia de la Coordinación de Movilidad Humana del gobierno capitalino de que el asentamiento será desmantelado en los próximos días.
Incluso señalaron que abogados del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP) consiguieron una suspensión definitiva y de plano concedida por un juez federal, para afectos de que no sean desalojados del lugar.
Durante un recorrido por el campamento, instalado al costado de las vías del tren, se observó como la gente, la mayoría originarios de Venezuela, Colombia y Honduras, por mencionar algunos, reclamaron a los trabajadores del gobierno capitalino la insistencia de llevarlos a un lugar alterno.
Los extranjeros en tránsito pidieron a las autoridades capitalinas al menos tres meses más para permanecer en zona, donde niños, mujeres y hombres, habitan decenas de pequeños cuartos levantados con retazos de madera y forrados con láminas, plástico, así como cartón, conocidos como "ranchitos".
"Queremos más tiempo para concluir nuestra regularización migratoria a través de la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados), también para que los niños concluyan el ciclo escolar en preescolar, primaria y secundaria. Además que el gobierno nos ofrezca un programa social en que podamos participar para rentar un cuarto, así como obtener documentación para conseguir empleo formal y derechos sociales" dijeron los afectados.
Xiomara es Venezolana y lleva ocho meses refugiada en el campamento. Señaló que no quieres ser reubicada, porque ya estuvo en cinco albergues y en todos tuvo malas experiencias. "En un albergue se vive muy mal, nos tratan mal. Al principio nos prometen que vamos a estar cómodos, pero te duermes y despiertas con hambre. Nos humillan sólo por ser migrantes. Aquí mal o bien vivimos en los ranchitos, nadie te restringe, no es lo más cómodo, pero uno está más tranquilo. Yo y mi pareja trabajamos, mis niños estudian, si nos vamos al albergue vamos a perder todo".
Trasladan alrededor de 30 personas a albergue en Tepito
Temístocles Villanueva, titular de la Coordinación de Movilidad Humana, dijo que entre ayer y hoy lograron trasladar alrededor de 30 personas, sin embargo falta convencer a más de 300 extranjeros. Hay una coordinación y diálogo con la Embajada de Venezuela en México, porque cada vez hay más personas que solicitan el retorno a su país".
"Hay disposición de esta sede diplomática en aportar vuelos de retorno voluntario. El sábado hubo un compromiso de la embajadora, Stella Lugo de conformar listas de las personas que acepten el traslado al albergue. Hoy en el segundo día de traslado muchas familias están realizando maletas, acomodando cosas para llevarlos al albergue y remover sus casitas".
Dijo que para convencer a los migrantes se requiere mucho diálogo y paciencia, ya que bajo ninguna circunstancia se busca impedir el ejercicio de sus derechos, aunque también hay una colisión de derechos de las personas que habitan de manera originaria en la colonia Vallejo y la población que llegó a establecer el campamento irregular.
" Estamos convencidos de que podemos darles una mejor calidad de vida en un albergue que estando en la vía pública, pero no es tan sencillo, porque en el camino desde su país de origen hasta la Ciudad de México han padecido todo tipo de violencias y existe una desconfianza sobre los albergues, las autoridades y traslados. La paciencia tiene que ver con lograr y establecer ese vínculo de confianza con este tipo de población".
Insistió que las autoridades capitalinas ofrecen transporte a los planteles educativos para que los niños no pierdan el ciclo escolar. "El albergue Vasco de Quiroga está a 15 minutos de estás escuelas".
Sobre la suspensión definitiva que un juez concedió para evitar cualquier desalojo, Temístocles Villanueva afirmó que los recursos obligan al Instituto Nacional de Migración (INM) de abstenerse de cualquier intervención y también estable que nosotros debemos otorgar albergues y es lo que estamos haciendo. Nosotros no estamos desalojando, simplemente estamos haciendo un traslado voluntario. Cada vez que se desmonta una casita (ranchito) es por un acuerdo de traslado voluntario y además la gente firma el documento que establece su traslado y que nos permite intervenir en el desmontaje de la casita. Es el derecho de la población en contexto de movilidad la garantía de sus derechos, pero tampoco se vale irrumpir el espacio público impidiendo el ejercicio de los derechos del resto de la población".