Guadalajara, Jal. Los cinco integrantes del grupo sinaloense Los Alegres del Barranco, que en marzo pasado hicieron apología del delito según la Fiscalía de Jalisco y el gobierno estatal durante un concierto en el auditorio Telmex de la Universidad de Guadalajara, podrían ser objeto de órdenes de aprehensión si no se presentan a declarar luego de desoír un citatorio y acudir a una segunda cita en la que se abstuvieron de declarar.
El 28 de marzo la agrupación se presentó en el citado auditorio ubicado en Zapopan y a la par que entonaba el corrido “El señor de los gallos”, a sus espaldas se proyectaron imágenes alusivas a Nemesio Oseguera (El Mencho), líder del cártel Jalisco Nueva Generación, lo que desató un escándalo que obligó a la presentación de denuncias penales del ayuntamiento de Zapopan (que multó al auditorio con 33 mil pesos) y se abriera una carpeta de investigación oficiosa por la Fiscalía del Estado, que ha citado en dos ocasiones a sus integrantes sin obtener una explicación por lo ocurrido.
Se prevé que en próximas fechas se les envíe un citatorio ahora por parte de un juez, según lo señalado por Gutiérrez Santillán, quien dijo que directamente les comunicarán que si no se presentan se buscaría obtener el mandato judicial para detenerlos.
“Tendríamos que pedirle al juez de Control que utilice otros medios para conducirlos ante ellos y esos medios ya sabemos que puede ser la orden del propio juez de que los llevemos con orden de aprehensión”, dijo el vicefiscal de investigación Criminal, Alfonso Gutiérrez Santillán.
El grupo tiene programadas presentaciones en Jalisco este sábado en la Feria de la Piña de Villa Purificación y otra el 4 de mayo en Tequila, las cuales podrán hacer sin problema siempre y cuando no interpreten narcocorridos ni proyecten imágenes alusivas a grupos delictivos, tal como ocurrió en el Telmex.
Tras su concierto, el grupo musical logró que tanto el gobernador Pablo Lemus como el alcalde de Zapopan Juan José Frangie expresaran públicamente su reprobación por lo ocurrido, lamentando que se diera además en un contexto tan sensible como el que vive la sociedad jalisciense tras los descubrimientos en los ranchos de Teuchitlán donde el CJNG presuntamente entrenaba a sus nuevos sicarios.