El precio del café internacional ha alcanzado niveles históricos, pero pocos productores mexicanos se han beneficiado de ello. Tomás Edelmann, propietario de la Finca Hamburgo en Chiapas, lamenta esta situación, atribuyéndola a la baja producción cafetera en el país, resultado de múltiples factores que la afectan desde hace décadas como la falta de apoyo gubernamental, efectos de los climas extremos, intermediarios y seguridad.
En la Bolsa de Nueva York (referencia para el café arábiga) el precio del grano se ubica en alrededor de 3.78 dólares por libra, poco más del doble respecto a los 1.85 dólares que promediaba hace 10 años. Incluso hace unas semanas llegó a alcanzar un máximo histórico de 4.01 dólares por libra.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los precios actuales son significativamente más altos a consecuencia de factores como la escasez global, debido a condiciones climáticas adversas en Brasil y Vietnam, los mayores productores mundiales.
Edelmann explicó que tanto Brasil como Vietnam son productores masivos, que siembran en terrenos planos con maquinaria de última generación, con un costo de producción bajo. No obstante, el primero produce al sur del país, donde frecuentemente hay heladas; hace algunos años migraron hacia el sur, donde poco a poco comenzaron a ser afectados por sequías, lo que está sucediendo actualmente.
Ya no padecen de heladas, ahora padecen de sequías, y son muy fuertes, entonces cuando le pega algo así a Brasil, un tema climático, y a Vietnam, que recientemente perdió más de 30 por ciento de la cosecha por tifones, pues ahí es cuando todos los demás países se recuperan, apuntó el productor chiapaneco.
No obstante, en el caso de México, dijo, no se ha podido aprovechar de los mejores precios que ha arrojado la escasez del aromático, dado que desde hace décadas la producción se fue en picada y se está lejos de alcanzar su verdadero potencial. Por ejemplo, recordaron en la década de los 80 el país producía alrededor de 6 millones de sacos en 12 estados, mientras ahora apenas se llega a 3 millones.
Oaxaca era un productor importantísimo de café, pero ahora siembra muy poquito. El café que se cultiva en el país es menos de la mitad respecto a lo que se tenía en los mejores tiempos, y la mayor parte es generada por pequeños productores; es triste, apuntó.
Enfatizó que esta oportunidad no ha podido ser aprovechada por los productores mexicanos debido a que el café es un cultivo a largo plazo; es decir, se empiezan a ver los primeros frutos dos o tres años después de comenzar, lo que no había sucedido debido a la falta de condiciones, ya sea apoyos del gobierno, falta de créditos, bajos precios, intermediarios abusivos, clima adverso, inseguridad, etcétera.
Si dejas de trabajar el café un año, en tres no lo recuperas, no es que ya subió el precio, y ahorita me va a empezar a dar un montón de café, no, hay que hacer una serie de trabajos.
Destacó que hace 20 años en Chiapas había por lo menos 250 fincas grandes de café; es decir, de al menos 50 hectáreas; sin embargo, actualmente quedan apenas 10, las cuales siguen luchando para no correr el mismo destino de las demás, que fueron cerrando por los motivos antes mencionados, y también por la aparición de los cárteles de la droga, que poco a poco se fueron incrustando y exigiendo derecho de piso.