Washington. El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, restó importancia a las diferencias políticas entre la administración Trump y el fallecido papa Francisco y dijo que se sentía afortunado de haber mantenido una de las últimas reuniones que tuvo el pontífice católico antes de morir.
Ambos se reunieron brevemente el domingo por la mañana en el Vaticano, mientras Vance estaba de visita en Italia. El Papa falleció al día siguiente.
Vance dijo que reflexionó sobre el hecho de que fue uno de los últimos funcionarios en reunirse con el papa Francisco, a quien describió como un gran pastor, antes de fallecer.
"Es una locura, la verdad. Y, obviamente, cuando lo vi, no sabía que le quedaban menos de 24 horas en esta tierra. Creo que fue una gran bendición", declaró Vance a los periodistas en India tras concluir su viaje a Italia.
"Tuve la suerte de poder estrecharle la mano y decirle que rezo por él todos los días, porque... lo hice y lo sigo haciendo", agregó.
El Papa fue un duro crítico de las políticas de inmigración del presidente estadunidense Donald Trump, calificándolas de vergüenza poco antes de su investidura en enero. Vance desestimó las diferencias entre la administración estadounidense y el difunto pontífice.
"Soy consciente de que tenía algunos desacuerdos con algunas políticas de nuestra administración. También estaba muy de acuerdo con algunas de ellas", dijo Vance.
"No voy a manchar... el legado de este hombre hablando de política. Creo que fue un gran pastor cristiano, y así es como elijo recordar al Santo Padre".
Cuando se le preguntó si esperaba que el próximo Papa siguiera los pasos progresistas de Francisco o adoptara un enfoque más tradicional, el conservador Vance dudó.
"No pretendo orientar a los cardenales sobre a quién deberían elegir como próximo Papa. Tenemos muchos asuntos que abordar en Estados Unidos", dijo Vance. "Solo pediré sabiduría, porque obviamente quiero que elijan a la persona adecuada. Quiero que elijan a alguien que sea bueno para los católicos del mundo".