Santiago. El ataque incendiario la madrugada del domingo al predio industrial donde se edifica la central hidroeléctrica Rulcahue, en la región del Biobío, en el sur de Chile, que dejó destruidos más de medio centenar de camiones y maquinaria diversa, paralizando la obra, provocó la reacción vehemente del gobierno de China, pues el proyecto pertenece a capitales del país asiático.
La embajada de China en esta capital divulgó una declaración condenando lo sucedido y exigiendo al gobierno "una investigación exhaustiva y la implementación de medidas efectivas y concretas para garantizar la seguridad, tanto del personal como de los proyectos de empresas chinas en Chile".
La central hidroeléctrica, diseñada como de paso con un embalse de 130 hectáreas, 90 megawatts de potencia y que requiere inversiones por 350 millones de dólares, pertenece a Rucalhue Energía SpA, una filial del conglomerado China International Water & Electric Corp CWE.
Aproximadamente a las 2 de la madrugada del domingo, se afirma que doce individuos armados y encapuchados, irrumpieron en la faena, reduciendo a dos guardias para prender fuego a 51 camiones y cinco retroexcavadoras que se calcinaron totalmente.
Fuentes diversas coinciden en que este ataque ha sido el de mayor alcance y audacia, tanto por la magnitud del daño y sus efectos, como también porque en esa zona y en otras aledañas, hay un amplio despliegue militar y policial.
En el Biobío y otras tres regiones del centro-sur del país, se escenifica desde hace casi tres décadas un conflicto cuyo origen se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Estado usurpó a la fuerza y de manera sangrienta, territorios reconocidos mediante tratados oficiales y que fueron transgredidos, como pertenecientes a la nación mapuche –el Wallmapu-.
Decenas de miles de hectáreas de esos territorios ancestrales, fueron después entregados a hacendados agrícolas y conglomerados forestales, convirtiéndose en escenario de un conflicto de intensidad creciente entre las comunidades indígenas que reclaman al Estado su devolución, y la expulsión de las empresas extractivistas, eléctricas, latifundistas y forestales, que explotan los recursos hídricos y los bosques nativos, reemplazándolos por plantaciones de pino y eucaliptus.
Si bien ninguna de las organizaciones rebeldes existentes se adjudicó la operación, en la faena dejaron un lienzo reclamando la "libertad a Luis Tranamil y a todos los PPM (presos políticos mapuche) Yordan Llempi, Matías Catrileo. Presentes en el Weichan (lucha) nuestro objeto es el Wallmapu".
En otro se leía “son 5 años de militarización, acción sabotaje. Marichiweu (venceremos diez veces)".
Especialistas en el conflicto explican que tanto por el sector donde como por los mensajes hallados, podrían ser de las organizaciones Weichan Auka Mapu (WAM, o Lucha Territorial Rebelde) o de la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML).
El gobierno chileno prometió que buscará y arrestará a los autores del sabotaje y que les aplicará la punitiva Ley Antiterrorista.
China es el mayor socio comercial de Chile, liderando el destino de las exportaciones chilenas como el origen de las importaciones. En 2024 los envíos sumaron 37 mil 996 millones de dólares, 37.3 por ciento del total.
Mientras que en las importaciones, China se mantuvo como el principal proveedor de Chile con 19 mil 325 millones en bienes, 24.3 por ciento de la participación total.