San Cristóbal de Las Casas, Chis. El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel reveló que funcionarios del gobierno federal le sugirieron al Papa Francisco que en 2016 no visitara San Cristóbal de Las Casas, a lo que él respondió que si no podía estar en esta ciudad no vendría a México.
“Gente del gobierno y de la nunciatura apostólica me dijeron que el gobierno no quería que fuera a San Cristóbal. A Chiapas podía ir, pero no a San Cristóbal y él dijo que si no iba a San Cristóbal no vendría a México. Fue su decisión”, dijo.
En entrevista telefónica añadió que “el gobierno se oponía porque hay musulmanes en la ciudad y pensaban que podrían hacerle algún daño, y segundo porque el gobierno no estaba muy de acuerdo con la obra de Don Samuel (Ruiz García) y estar allá era ver su obra y continuarla”.
Además, abundó Arizmendi Esquive, quien en ese entonces era el obispo de San Cristóbal, no quería que llegara a esa ciudad “porque al gobierno le gusta presumir de lo bonito que tiene y estar con los pobres, con los indígenas no es para presumir. Es un reclamo al gobierno, el Papa insistió, así me lo han dicho, yo no lo sabía, que si no iba a San Cristóbal no venía a México”.
Señaló que cuando le sugirió al Papa “que tomara los alimentos después de la misa no con su equipo, sino con los indígenas, lo aceptó de inmediato; fueron once indígenas que escogimos en la diócesis, entre jóvenes, seminaristas, diáconos, religiosas, sacerdotes y catequistas que al principio estaban medio cohibidos, pero después él les dio confianza y se animaron a hablar hasta por los codos con él”.
Arizmendi Esquivel afirmó que “es triste” la muerte del Papa Francisco “porque termina su servicio en la tierra, pero al mismo tiempo es alegre porque ya está con Dios descansando de tantas cosas y porque desde el cielo puede interceder por nosotros”.
Sostuvo que Francisco “trató de ser fiel en dos dimensiones, primero a Jesucristo, él es de la Compañía de Jesús e insistía mucho en la pasión por Jesucristo, y segundo, precisamente por eso mismo, la pasión por servir a la gente y atender sus necesidades, sea la cuestión de los pobres, los indígenas, los migrantes, los encarcelados, el cambio climático; es decir dos dimensiones que se conectan profundamente: Cristo y la gente. Ni solamente Cristo en forma abstracta ni solo la gente. Estaba pendiente de la comunidad, sobre de sus necesidades”.
El cardenal manifestó que “esperamos que el sucesor sea alguien no de un continente o de una línea, sino que sea como los anteriores, cada cual con su estilo, pero que sea fiel a Jesucristo, a la comunidad, al servicio del pueblo de Dios. No solo alguien que cuida más la iglesia, claro que sí, pero una iglesia para servir al mundo, no una de conservación hacia el interior, sino que sirva para lo que Jesucristo la fundó que es para ayudar a la gente y a la comunidad”.
Remarcó: “Una iglesia que sirva desde el cambio climático hasta la paz universas, los migrantes, los indígenas, los pobres, los encarcelados y tanta gente que ha sufrido por las agresiones sexuales del clero; que también eso no suceda. Que no sea una iglesia que daña, sino que sirve a la comunidad”.
Informó que no tiene pensado viajar a Roma al proceso de elección del nuevo Papa porque no tiene derecho a voto por ser mayor de 80 años, situación en la que se encuentran también los cardenales Juan Sandoval Iñiguez, de Guadalajara; Alberto Suárez Inda, de Morelia y Norberto Rivera Carrera, de la Ciudad de México.
Sólo los cardenales Francisco Robles, de Guadalajara y Carlos Aguiar Retes, de la Ciudad de México tiene la obligación de participar en el cónclave, por lo que tendrán que viajar a Roma.
“Si no participo en el cónclave, ¿a qué voy? Para ir nomás de curioso, aquí lo puedo seguir”, expresó.