Ciudad de México. El trajín al interior del Castillo de Chapultepec semeja un inmenso avispero. El rumor de las voces es indescifrable y el trajín incesante. Cientos, miles de personas recorren sobre todo sus áreas al aire libre, siendo las más socorridas el alcázar y las explanadas y balcones contiguos a las habitaciones que habitaron Maximiliano y Carlota en el Segundo Imperio Mexicano, cuyo mobiliario de época azora hasta a los más renuentes.
Ya habrá ocasión para las salas con la colección permanente, que, según personal de seguridad de la institución, tienen mucho más asistencia de la cotidiana, pero aún así es posible apreciar sin apresuramiento ni aglomeraciones los diversos documentos y piezas históricos.
Las cámaras de los teléfonos celulares no se dan abasto para captar la mejor imagen de ese patrimonio, menos aún para los interminables retratos y selfies que se hacen los paseantes aprovechando las vistas de la ciudad que ofrece el Cerro del Chapulín, así como la arquitectura de este recinto.
Es un día de fiesta este Sábado de Gloria en el Bosque de Chapultepec, epílogo de la Semana Santa y, para muchos, de los días de asueto. Infinidad de visitantes abarrotaron desde muy temprana hora éste que, en términos numerarios, simbólicos e históricos, es el principal punto de reunión y esparcimiento de la capital de la República y acaso del país.
Fotos Jair Cabrera Torres/ La Jornada
Además de sus inmensas áreas verdes, así como el zoológico y los lagos con sus lanchas, añorables para varias generaciones, el circuito cultural de esta zona de la metrópoli se ha erigido en una los principales opciones en este primer periodo vacacional del año para los habitantes de la urbe y los visitantes nacionales e internacionales.
Tal circuito o paseo cultural está conformado por los museos Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec, el Nacional de Antropología, el de Arte Moderno y el Tamayo Arte Contemporáneo
Cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dan cuentan, por ejemplo que entre el pasado martes 15 de abril y el viernes 18, el primero de aquellos recintos recibió 98 mil visitantes, mientras que el segundo 182 mil 241, lo que da un promedio de 23 mil 250 y 45 mil 820, respectivamente, por día.
Fotos Jair Cabrera Torres/ La Jornada
Al margen de las estadísticas, basta observar las extensas filas que se forman en las taquillas de esos espacios museísticos, en particular de los nacionales de Historia y el de Antropología, incluso antes de su hora de apertura, a las 9 de la mañana, para comprender que algo de mágico tiene Chapultepec, como aseguran Idalia y su mamá, Sol.
“Es la primera vez que estamos a la Ciudad de México. Venimos de Zapopan, Jalisco, y sabíamos que era obligatorio conocer el Bosque de Chapultepec; todos hablan de su encanto. Es muy importante para nosotros visitar el Castillo porque aquí está mucha de la historia de México”, dicen.
Así como ellas, es posible encontrarse en el lugar con cientos, acaso miles de visitantes de otros puntos de la República, como la familia Ramírez o el matrimonio de Jessica y Jesús, provenientes de Zumpango y Monterrey, de forma respectiva, que nunca habían visitado el Castillo de Chapultepec y se asumen “maravillados” y ”felices” por haberse dado oportunidad en estas vacaciones.
De Estados Unidos, República Dominicana, España, Francia, Japón, India o China, también se hace notar la presencia de los paseantes extranjeros, aunque en mayor cantidad en el museo de Antropología.
La mayoría acude a este polo ecológico, cultural y turístico capitalino con la misma encomienda: “Disfrutar lo más posible estas vacaciones y aprender lo más que se pueda de la historia de México, que es grandiosa”, como expresa José Hernández, un supervisor de construcción oriundo de Tamaulipas.
Fotos Jair Cabrera Torres/ La Jornada
En familia, pareja, en grupo de amigos o en tour, las multitudes continúan arribando al Museo Nacional de Historia conforme avanza el caluroso día y cae la tarde, como ocurre también en Museo Nacional de Antropología. Muy pocos se inhiben ante lo extensa de las filas, que rara vez descienden de 10 personas; no obstante, avanzan ágiles, para desahogarse en 15 o en 20 minutos.
“Ya para todo debemos esperar mucho tiempo, ¿por qué no hemos de tener un poco de paciencia para disfrutar algo tan impresionante?”, señala el señor Javier, quien se desplazó junto con su hija Nancy desde Querétaro, “aprovechando que es Semana Santa”, para que ella conociera “lo imponente” que es el museo de Antropología.
Otra es la circunstancia de los museos de Arte Moderno y Tamayo Arte Contemporáneo, que a lo largo del día han registrado un incesante ingreso de visitantes, aunque sin que se hayan formando largas filas en las taquillas, mucho menos aglomeraciones. Sin embargo, personal de ambos recintos asegura a este diario que la asistencia se ha incrementado de forma notoria a lo largo de esta semana de asueto.
“ ¡Si usted cree que ésta es mucha gente, espérese a este domingo, que la entrada es gratuita”, exclama una oficial de policía que resguarda la entrada del Castillo de Chapultepec, frase que muy seguramente aplica para los demás museos de la zona.