El 54 por ciento de los mexicanos han participado en una relación no monogámica en algún momento de su vida, y lo más practicado es la infidelidad, con 33 por ciento, establece el estudio No monogamia en Latinoamérica.
Un sondeo de la aplicación de citas no monógamas Gleeden añade que las otras prácticas no exclusivas más frecuentes son las relaciones abiertas, con 26 por ciento; el poliamor y swinger, cada uno con 9 por ciento, y la anarquía relacional con 8 por ciento. Ésta última se basa en la creación de vínculos que se adapten a las necesidades de las personas, y no a las normas sociales. La menos practicada es la poligamia, con sólo 4 por ciento.
En la presentación de resultados del sondeo, la sexóloga Paulina Millán, directora del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex); Stephanía Soto, directora de la consultora Dive Marketing, y Silvia Rubies, directora de comunicación de Gleeden Latinoamérica, coincidieron en que pese a que existe un interés creciente en explorar relaciones consensuadas fuera de la monogamia tradicional, la infidelidad sigue siendo la forma más común de transgresión a los modelos convencionales.
Dive Marketing analizó tendencias en México, Colombia, Argentina y Brasil, y en la encuesta seis de cada 10 participantes fueron mujeres. La auscultación arrojó que en la región hay una tendencia creciente de relaciones no monógamas, y ello implica cambios profundos en las estructuras sociales y afectivas.
En el estudio se analizó también al grupo de personas mayores de 50 años de edad, el cual no suele considerarse en rubros sexo-afectivos, debido a los prejuicios en torno a la edad y el sexo. Millán comentó que el disfrute y la libertad sexual se critica mucho más cuando más edad tienes, pero se olvida que en esa etapa de la vida se tienen diversas ventajas.
El poder que se adquiere con la edad es que no te importa lo que digan. Además, ya vas de segunda vuelta; ya te divorciaste o separaste, y entonces ya tienes claro qué es una relación desde la monogamia, y qué es lo que quieres ahora.
Soto coincidió en que aunque es el sector más estigmatizado y segregado por otras generaciones en temas sexo-afectivos, tienen las mejores condiciones y oportunidades para la no monogamia.
Este grupo etáreo es de los más estables en recursos en comparación de todos los demás: tiene tiempo, dinero y experiencia; y ya hicieron lo que quisieron.
Aunque el interés por explorar otros modelos relacionales es creciente, las barreras sociales y emocionales siguen influyendo en las decisiones individuales.
Así, en México existe un profundo miedo a que la pareja se rompa al experimentar con las no monogamias. La principal barrera para la no monogamia es respetar acuerdos y límites de la pareja (39 por ciento), seguida de la ética y moral (30 por ciento) y la confianza (20 por ciento).