Hermosillo, Son. Pobladores de al menos 40 comunidades asentadas en los márgenes de los ríos Sonora y San Miguel, realizaron una manifestación caravana que incluyó la clausura simbólica del edificio gubernamental, en protesta por lo que consideran la falta de atención a sus peticiones de diálogo y su rechazo a los proyectos de presas y acueductos que el estado plantea como parte del Plan Hídrico.
La movilización comenzó por la mañana en la comunidad de El Tronconal y avanzó por las principales avenidas hasta llegar a la plaza Zaragoza, en el corazón de Hermosillo. Alrededor de un centenar de vehículos, muchos adornados con lonas y consignas, exigieron a las autoridades abrir espacios de diálogo para plantear alternativas que garanticen el abasto de agua a las comunidades, sin recurrir a grandes obras de infraestructura que, señalan, han dejado ya efectos negativos en la región.
“No queremos las presas, hay otras soluciones: la recarga de acuíferos, eficientar el organismo operador y el tratamiento de aguas residuales”, expresó el ingeniero Ismael Limón, ejidatario del Molino de Camou, una de las comunidades que afirma haber resentido los estragos de la falta de agua en actividades agrícolas y para consumo humano.
Los manifestantes señalaron que han buscado acercamientos con el gobierno estatal y el Congreso local, sin obtener respuestas concretas. “Nos han agendado reuniones que no se han cumplido. Llevamos dos meses esperando una audiencia que nos prometieron en 30 días”, denunciaron durante la protesta.
El argumento central de las comunidades es que las presas y acueductos proyectados afectan directamente a los poblados ubicados aguas abajo, que dependen del flujo natural del río para la agricultura y el consumo doméstico.
Ejidos como Molino de Camou, Fructuoso Méndez, San Juan, San Bartolo y Mesa del Seri han documentado estas afectaciones, que atribuyen a la alteración del cauce y la falta de respeto a las manifestaciones de impacto ambiental.
“Las comunidades ya están muy inquietas. Muchas no tienen agua ni para consumo humano, y lo que llega a la ciudad proviene de pozos que pertenecen precisamente a esas comunidades”, agregó Limón.
La protesta surge en un contexto donde el territorio sonorense enfrenta condiciones de sequía, de acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional del Agua. Ante esta situación, el gobierno de Sonora ha defendido su Plan Hídrico Sonora 2023-2053, que incluye la construcción de tres presas en los afluentes de los ríos Sonora y San Miguel, además de 78 pozos y otras obras de captación y distribución de agua, como parte de una estrategia para asegurar el suministro durante las próximas décadas.
Los embalses proyectados se ubicarán en Sinoquipe, sobre el río Sonora, y en Puerta del Sol y Las Chivas, en el río San Miguel de Horcasitas. De acuerdo con el gobierno estatal, estas obras permitirán garantizar el abasto de agua para más de 30 comunidades y el desarrollo urbano de Hermosillo en los próximos 40 o 50 años.
Sin embargo, las comunidades rurales insisten en que las soluciones deben priorizar la sustentabilidad y la justicia hídrica, y aseguran que el primer paso es frenar el desperdicio de agua que, estiman, supera el 50 por ciento en la red urbana.
Por ello, en su manifestación, extendieron su llamado también a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, con la esperanza de que su demanda llegue a oídos federales y sea atendida en pro de las cuarenta comunidades rurales unidas a través del Movimiento en Defensa del Agua y el Territorio en Sonora.