Una crucial reunión entre el personal de British Steel y funcionarios públicos está programada para este lunes en un intento desesperado por salvar la última planta siderúrgica primaria de Gran Bretaña del cierre permanente.
El gobierno asumió el control de la empresa el sábado, tras una situación precaria. El reto inmediato es asegurar materias primas esenciales, como carbón de coque y mineral de hierro, para mantener operativos los dos altos hornos de la planta de Scunthorpe.
La falta de obtención de estos materiales provocará el enfriamiento de los hornos, lo que podría causar daños irreparables y poner fin a la producción de acero en la ciudad de Lincolnshire.
El domingo, el secretario de Negocios, Jonathan Reynolds, no pudo garantizar que esto no sucedería, pero dijo que tomar control de la planta le había dado al gobierno “una oportunidad” de salvarla.
Decenas de empresas, incluidas Tata y Rainham Steel, se han unido para ayudar a British Steel con ofertas de apoyo gerencial y materias primas luego de la toma de control por parte del gobierno.
“Cuando dije que la fabricación de acero tiene futuro en el Reino Unido, lo decía en serio”, comentó Reynolds.
“Por eso hemos aprobado estos nuevos poderes para salvar a British Steel en Scunthorpe, y por eso mi equipo ya está trabajando arduamente sobre el terreno para mantener los trabajos en marcha y los hornos en funcionamiento”.
La necesidad de asegurar las materias primas y evitar el enfriamiento de los altos hornos fue la principal razón por la que el gobierno convocó al Parlamento el sábado para aprobar una legislación de emergencia que mantuviera abierta la planta.
Jingye, los propietarios chinos de British Steel, no sólo habían dejado de pedir materias primas sino que habían comenzado a vender los suministros existentes, lo que generó temores de que la planta pudiera cerrar en cuestión de días.
Los funcionarios del Departamento de Negocios y Comercio (DBT), junto con el personal de British Steel, pasarán el lunes trabajando para llevar materiales cercanos al sitio, además de garantizar que el personal continúe recibiendo sus salarios, dijo el departamento.
Las ofertas de apoyo de otras empresas también significan que British Steel está revaluando sus opciones.
Esto incluye la posibilidad de revertir la decisión de Jingye de desconectar temporalmente uno de los altos hornos tan pronto como el lunes usando un “golpe de salamandra”, un procedimiento que se dice es peligroso.
Los ministros siguen teniendo la esperanza de que se pueda encontrar un inversor privado para British Steel, ya que se espera que el costo de modernizar la planta de Scunthorpe ascienda a miles de millones de libras.
Pero durante el fin de semana, Reynolds admitió que la nacionalización total seguía siendo la opción más probable a corto plazo.
Dijo: “El acero es vital para nuestra seguridad nacional y nuestros ambiciosos planes para los sectores de vivienda, infraestructura y manufactura en el Reino Unido.
“Estableceremos un plan a largo plazo para coinvertir con el sector privado y garantizar que el acero en el Reino Unido tenga un futuro brillante y sostenible”.
Sin embargo, los conservadores han acusado al gobierno de actuar “demasiado tarde” y de implementar una “nacionalización fallida” después de ignorar las advertencias sobre el riesgo para British Steel.
El secretario de Comercio en la sombra, Andrew Griffith, declaró: “El gobierno laborista se ha metido en una crisis siderúrgica, totalmente causada por él mismo. Han tomado malas decisiones y han dejado que los sindicatos dicten sus acciones”.