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No sólo de pan...

13 de abril de 2025 08:31

Mexicanos al grito de la resistencia, con la Cuarta Transformación en su Segundo Piso, que precisa de cumplir con la reconquista del suelo generoso y productivo, a la manera de los mexicanos que durante más de 8 mil años se demostraron a sí mismos que la tierra era pródiga si se la cuidaba y alimentaba de manera apropiada a su altitud, clima, ciclos de lluvia y sequía, según la naturaleza en que se cultivaba óptimamente y cuya comprensión por los humanos les tomó milenios descifrar, como son, desde los ciclos productivos hasta las familias de vegetales simbióticos, entre ellos y con el suelo donde crecían, sabiduría única e irremplazable, que sólo la fuerza frenética con la soberbia llegadas de otro continente, con una capacidad destructora nunca vista en éste, y con una ideología de superioridad aportada por una religión monoteísta cuyo único emblema (reproducido en cientos de súbditos santificados y prestos a sacrificarse en el nombre de su creador) era el brutal sometimiento en vida o ya muertos a fin de despojar, barrer, desechar creencias y saberes milenarios cuya irrefutable eficacia calificaron los ignorantes del poder como brujerías.

Así, frases como perdóneme, Su Señoría, o perdóneme el Señor Dios, convirtieron a los sujetos del Saber milenario de toda la América en versiones desprestigiadas de sí mismos y arrastraron a sus descendientes mestizos hacia una inseguridad que si acaso podría reivindicarse en la medida de su parte clara, mientras la morena se castigaba a priori hasta conducir a la resistencia armada o el suicidio (cuasi sinónimos en aquellas épocas). Porque el blanco y el tono moreno se convirtieron en los símbolos opuestos de la virtud y el pecado… Entonces, ¿cómo no extrapolar los saberes, nacidos de las sociedades indígenas en lo opuesto de los saberes (y sabores) que llevaron a los conquistadores a desaparecer o podar en la tierra invadida, sin poder darse cuenta de que convertir los modos de cultivo en Mesoamérica en copias de los que los invasores practicaban en Europa, alterando las fechas de la siembra, la alternancia de las plantas y la composición de distintas especies en los sembradíos, así como importando el diabólico invento de fertilizantes e insecticidas creados para los monocultivos? Pero el destino y la lógica de la Naturaleza respondieron con su propio devenir, demostrando que no era una buena idea imponer los modos, reglas y componentes de otras plantas en otras tierras de otras latitudes. Pero, ¿por qué sería imposible que HOY se comprenda que la pobreza y hambre en África, Asia y América proviene de la imposición de sistemas propios de las latitudes de Europa hacia el polo nórdico?

Porque en Natura no existen las casualidades, sino los resultados de una serie de fenómenos naturales y CAUSALES, como las invasiones de Europa, cuyo propio desarrollo también proviene de causalidades impuestas por Natura.

Lo sorprendente es que la reflexión sobre el devenir de nuestra historia particular, en Mesoamérica, siga apoyándose en la mentalidad de los conquistadores ibéricos, en una especie de culpa de origen, en vez de recuperar la secuencia de culturas con dos orígenes y su simbiosis, o bien la estúpida imposición de la violentamente triunfante imposición extranjera y, en vez de asumir orgullosamente nuestra condición mestiza y, por lo mismo, enriquecida respecto de nuestros orígenes separados, asumimos alegremente el folclore prehispánico y nos negamos a estudiar a fondo el prodigio de la milpa y recuperarlo, porque si durante 10 mil años sustentó la vida y sus inseparables culturas prehispánicas, ¿por qué hoy deben ser los ingenieros agrícolas y los formateados por la FAO quienes deben dictar los principios y señalar el camino para la autosuficiencia alimentaria y el pleno empleo en nuestro país?

Aunque nos defendamos con fuerza, historiadores, antropólogos, biólogos, ingenieros agrícolas y todos los relacionados con el tema, mientras no dejemos de estar mentalmente colonizados, tampoco dejaremos de ser renegados de nuestro pasado común . Mostrando con ello ignorancia o estupidez nunca reivindicada por nuestros orígenes humanos que, si es una verdad irrefutable en el siglo XXI entre algunos grupos sociales, lo inexplicable es que los mestizos sigamos insistiendo en imponer a los campesinos modos de cultivo que han demostrado su eficacia para destruir los suelos, necesitar cada vez más químicos para controlar plagas y deber cambiar de suelo para poder resembrar, ni más ni menos como si fuéramos país de trigos

O sea que, mientras nuestros maíces se contaminan y empobrecen, junto con los suelos donde los siembran como si fueran de la familia Triticum, se acaba con la fecundidad y autorrevitalización de suelos que no fallaron durante milenios en reproducir las milpas de cinco a más elementos: maíz, frijol, calabaza, chile e infinidad de yerbas comestibles y medicinales…

¿Qué nos falta o qué nos falla, para no comprender que el modelo del monocultivo, no creado por la naturaleza, sino por el hombre de los trigos, que cubrieron del norte de India y Mesopotamia a las costas occidentales de Europa y el norte de África, para recubrir, en fin, Estados Unidos, es un sistema inventado por los hombres para climas hostiles, y que, como toda la tecnología que hoy por hoy puede sustituir nuestra inteligencia y manos productivas (se dice) quiere imponerse también sobre la producción del maíz, del arroz y de los tubérculos farináceos, los otros tres alimentos constructores de lo humano del Hombre y de la viabilidad de su entorno?

Es fundamental pensar la historia en todo momento y, sobre todo, para planificar la actualidad y el futuro de un pueblo, cuanto y más los del propio. Porque si podemos comprender que las tecnologías más avanzadas (entendidas como la sustitución del hacer del hombre por artefactos que pueden remplazar sus manos por herramientas y desplazando la reflexión a programas cibernéticos), ¿por qué no podemos comprender que el desarrollo de la filosofía, el arte, las matemáticas y tantos otros atributos exclusivamente humanos, partieron de sociedades cuyas necesidades vitales eran satisfechas con sólo observar, comprender y seguir a la naturaleza? Mientras que fueron las condiciones difíciles de supervivencia las que generaron en los hombres (genérico de géneros) las que desarrollaron el concepto de adaptación al medio como revolución, transformación, aunque siendo, al fin, destrucción… del medio.

Nosotros ya no somos los mismos

Hombres de dinero no están detrás de políticos, sino delante.

México, SA

Milei, "profundamente inmoral".

Astillero

Noboa, el peón ecuatoriano.
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