Madrid. El artista mexicano Javier Marín, nacido en Uruapan, Michoacán, en 1962, es uno de los tres creadores preseleccionados, además de Miquel Barceló y Cristina Iglesias, por el Patronato de la Junta Constructora de la Sagrada Familia para hacer la ejecución final de la obra más compleja del arquitecto modernista Antoni Gaudí (1852-1926): la fachada de la Gloria de la Sagrada Familia. Se inició la construcción de la iglesia en 1882 y se prevé que finalice alrededor de 2035.
En entrevista con La Jornada, el artista mexicano explicó que la Sagrada Familia es una obra que se hereda de generación en generación y por tanto él se siente con el deber de aportarle su propia visión y contemporaneidad, en definitiva la forma de ver del mundo actual.
Marín tiene una larga trayectoria artística, que incluye proyectos e intervenciones en espacios públicos en todo el mundo, entre éstos la Plaza Lange Voorhout, en La Haya (2010); la Piazza del Duomo, Chiesa e Chiostro di Sant’Agostino, en Pietrasanta (2008); el Convento de San Francisco de Asís, en La Habana (2006); la Plaza Juárez y el ex Templo de Corpus Christi, en la Ciudad de México (2005); la Iglesia de Santa Catarina, en Lituania (2003); el Espace Bellevue, en Biarritz (2001), y la Casa de América en Madrid, en cuya fachada principal creó la pieza monumental Chalchihuites (2008), además de un proyecto que a la postre fue crucial para su preselección en Barcelona: la intervención de la fachada de la catedral de Zacatecas.
–¿Cómo se convirtió en uno de los artistas preseleccionados para ejecutar la obra final de la fachada de la Gloria de la Sagrada Familia, con la cual culmina una construcción de más de 100 años?
–En realidad no sé cómo fue; no conozco a nadie del equipo de arquitectos de la Sagrada Familia ni a nadie relacionado con ello en Barcelona. Simplemente me buscaron por Internet hace mes y medio y me propusieron directamente el proyecto. Me explicaron que formaría parte de una terna que se presentará al Patronato y si dicen que sí, la invitación ya sería formal (como así ocurrió el pasado 30 de marzo).
Me invitaron a hacer una visita a la Sagrada Familia, que conocía hasta entonces como un turista más. Esa fue una visita muy especial en la que me enseñaron la obra, el museo y hablamos mucho de la obra de Gaudí. Cuando me despedí de ellos me dijeron que me avisarían y la siguiente noticia fue cuando ya estaba publicado en los medios de comunicación. Fue muy emocionante. Y ahora estoy en espera de la firma del contrato para empezar a trabajar y presentar el proyecto a finales de año, más o menos, y la idea es que de los tres se pueden quedar uno, los dos o los tres.
–¿Usted preferiría hacerlo solo o ejecutarla con los otros dos preseleccionados, Miquel Barceló y Cristina Iglesias?
–Ojalá seamos los tres. Conozco, sin ser un experto, la obra de ellos dos, me gusta mucho y pienso que sería muy interesante. Es una intervención muy grande, la fachada es inmensa y abarcaría desde la Gloria hasta el Infierno, así que creo que daría para una buena colaboración. De hecho, cuando me invitaron a hacer la intervención en la catedral de Zacatecas conocí la obra de Barceló en la catedral de Palma de Mallorca y me gustó mucho su vocación matérica y con mucha fuerza expresiva. A mí también me gusta mucho la materia y que los procesos se desarrollen y hablen, así que pienso que sería buena idea.
–¿Ya tiene alguna idea para comenzar el proyecto, un punto de partida?
–Supongo que con el contrato vendrá algún tipo de línea temática y hay que ver todo el tema iconográfico, pues no deja de ser una iglesia que está en activo y hay muchas líneas que dejó trazadas Gaudí que hay que respetar. De hecho, la parte que más me emociona es poder colaborar con una obra tan impresionante y de un artista de esas dimensiones, que es un ícono en la historia de la humanidad. Es una obra que se hereda de generación en generación, así que de alguna forma tendría que aportarle parte de mi trabajo y visión, de nuestra contemporaneidad y, finalmente, una forma de ver el mundo actual.
–¿Hasta qué punto tendrá un margen de libertad para explayarse?
–Las líneas generales están trazadas y sabemos que la fachada de la Gloria, y Gaudí habla un poco de lo que podría haber ahí, pero no hay una maqueta y ahí tendría toda la libertad. Es verdad que hay unos temas que tienen que ver con los símbolos de la Iglesia y estas cosas, pero no hay un esquema fijado por él, simplemente hay que tratar de leer lo que él hizo para entender por qué nos están llamando como artistas.
–Pero imagino que habrá que tener una armonía, una lógica común...
–Absolutamente, hay que entender el contexto arquitectónico, el uso del espacio, la connotación artística. Me pasó algo parecido con mi intervención en Zacatecas, donde también era muy complicado intervenir la arquitectura porque tenía mucho carácter, así que hay que ser muy cuidadoso y entrar con todo el respeto posible para armonizar de la mejor manera. En Zacatecas creo que me salió muy bien y espero que aquí pase algo parecido.
–Antes de ser preseleccionado, ¿le interesaba especialmente la arquitectura modernista de Gaudí?
–No en profundidad, pero sí me interesaba mucho tanto el personaje transgresor, que rompe reglas e intenta sacudir los cimientos de la arquitectura, así como sus obras más importantes y por supuesto la Sagrada Familia. Ahora quiero profundizar más en su obra para intentar entenderlo y así trabajar después libremente para ver qué sale. Me muero de ganas de tener las maquetas que me van a enviar para empezar a trabajar.
–Gaudí escribió mucho y además era una persona muy religiosa, ¿cree que usted puede, además de conocer su obra, profundizar en la personalidad del artista?
–Creo que sí, me encantaría entender más o menos lo que hizo, lo que pensaba, lo que creía. Trataremos de hacer eso a partir de sus escritos de su obra y su vida espiritual, al margen de la religión, pues yo mismo no sé si estoy de acuerdo con alguna religión, pero sí pienso que la espiritualidad debería movernos a todos.
–¿Sabe que una parte del Patronato que decidirá finalmente el proyecto o los proyectos ganadores también son estamentos de la Iglesia?
–Sí, pero aparte de que son gente comprometida con su iglesia y con su religión, también es gente sensible que puede entender el lenguaje de un artista y pensar a futuro más allá de los lineamientos que su propia religión les da.
–¿Su escultura expresionista encaja con la arquitectura modernista de Gaudí?
–Creo que sí y me imagino que también por eso me buscaron. Además sí pienso seguir los lineamientos generales de la tradición modernista, pero no voy a seguir las líneas modernistas porque pienso que sería anacrónico y absurdo.