Se mantiene el zarandeo internacional, mientras Donald Trump no deja de decir sandeces y firmar órdenes ejecutivas que desestabilizan la economía global, comenzando con la estadunidense: caen los indicadores financieros, los bursátiles, los tipos de cambio, los precios petroleros y los de empleo formal, al tiempo que la inflación toma rumbo ascendente y el comercio internacional ya tiene color de hormiga.
Y si ya el horno no estaba para bollos, a partir de hoy el inquilino de la Casa Blanca ordena escalar la guerra comercial al imponer aranceles de 104 por ciento a las importaciones provenientes de China, acción a la que el gigante asiático responde con la misma medicina: "el pueblo chino no causa problemas, pero tampoco a ellos le teme; nuestra nación está dispuesta a luchar hasta el final si Estados Unidos se empeña en librar una guerra arancelaria o comercial; la imposición indiscriminada de aranceles por parte de Estados Unidos viola gravemente los derechos e intereses legítimos de otros países y las reglas de la Organización Mundial del Comercio; daña gravemente el sistema multilateral de comercio basado en reglas e impacta seriamente en la estabilidad del orden económico mundial. Sus decisiones son un ejemplo típico de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica, por lo que han sido ampliamente rechazadas por la comunidad internacional", advierte el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China.
Pero Trump no sólo dice sandeces, sino que toma decisiones totalmente ilegales. Ahora anuncia que expulsará de "inmediato" a los inmigrantes que obtuvieron autorización temporal del gobierno estadunidense para vivir y trabajar en aquel país por un periodo aproximado de dos años. Se estima que alrededor de 900 mil personas cuentan con esa autorización, pero el energúmeno de la Casa Blanca ha ordenado su deportación. Ello, junto a una feroz campaña mediática promovida por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien, en días pasados (coincidentes con su visita "de buena voluntad" a México) pagó una inserción en medios de comunicación (Televisa destacó, siempre reivindicando su calidad de cipayo) en contra de los migrantes, y en ella los amenaza: "no eres bienvenido; si vienes aquí y violas nuestras leyes, te vamos a perseguir".
Por otro lado, pero como parte del mismo zarandeo, de la mano de los mercados internacionales, el precio de la mezcla de exportación ha ido descendido desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, y empeorado desde su locura arancelaria. Cuando Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de la República, el barril mexicano se cotizaba a 69.33 dólares; tres días antes de la toma de posesión del cavernícola, se vendía a 73.01 billetes verdes.
Pero una vez apoltronado en la Oficina Oval y que comenzara su bombardeo de amenazas, "expulsiones masivas" e imposición de aranceles, los precios petroleros comenzaron a caer, como tantos otros indicadores. En el caso del crudo mexicano de esos 73.01 dólares, el precio del barril ha caído (ayer) a 56.60 billetes verdes (el nivel más bajo desde el 17 de marzo de 2023), una baja de 22.47 por ciento en poco menos de tres meses.
De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP), "los factores que influyeron en esta dinámica fueron la imposición de aranceles recíprocos generales por parte de Estados Unidos el 2 de abril y la respuesta de China con gravámenes adicionales que afectaron la demanda de petróleo, provocando un derrumbe en los precios, así como el anuncio de un aumento en la producción de crudo por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo".
El CEFP detalla que con la última información disponible de la Secretaría de Hacienda, "en el primer bimestre del año los ingresos petroleros disminuyeron 14 por ciento en términos reales en su comparación anual debido a una menor plataforma de producción, lo cual fue parcialmente compensado por un mayor precio del petróleo" hasta ese momento.
Las rebanadas del pastel
Dice la presidenta Sheinbaum que el T-MEC "sigue vigente", pero "de todas maneras nuestra posición es el fortalecimiento del mercado interno y buscar diversificar nuestros mercados, las dos cosas. Lo primero es el fortalecimiento del mercado interno y la producción nacional para el mercado interno; importamos prácticamente lo que exportamos, y lo que queremos es disminuir lo que importamos para producirlo aquí. Además, como América Latina y el Caribe, tienen que haber mayores pláticas para la integración y ayudarnos entre nosotros. Esa es la idea". Ojalá.
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