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De Tegucigalpa a Bogotá: así llega la Celac

08 de abril de 2025 00:02

El latinoamericanismo fue una carta muy jugada en Honduras recientemente. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, cierra su presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), casi al tiempo de despedirse del despacho principal de la casa presidencial. En medio de una región convulsionada por el unilateralismo estadunidense, toma la posta en la Celac el mandatario colombiano, Gustavo Petro.

La Celac “aspira a ser una voz única y decisiones políticas estructuradas de toma de decisiones en el ámbito político y la cooperación en apoyo de los programas de integración regional”, según la definición de la web oficial de este organismo internacional. Sus dos raíces institucionales son la Cumbre América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo CALC y el Grupo de Río. Ambos espacios sincronizaron con el contexto político latinoamericano progresista y de izquierda de principios de este siglo, marcado por la denuncia del rol derechista de la OEA. Justamente este debate se acalora aún más con el golpe de Estado en 2009 al hondureño Manuel Zelaya, esposo de la actual presidenta.

Para febrero de 2010, durante la presidencia de Felipe Calderón en México, en la Riviera Maya coinciden la segunda Cumbre de la CALC y la vigésimo primera Cumbre del Grupo de Río. En aquella ocasión se decide que ambos procesos se fusionen para dar lugar a la declaración en la que nace la Celac, planteada como un espacio de integración tanto política como social.

Pero es hasta el siguiente año, en diciembre de 2011, que Hugo Chávez dispone a la administración venezolana ser anfitriona de la primera Cumbre de la Celac. Aquella fue una de las tantas convocatorias internacionales históricas del chavismo. Asistieron 33 países desde el norte mexicano hasta el sur chileno, incluida Cuba; lo anterior simbólicamente fue muy importante, pues la isla había sido excluida de la OEA desde 1962. Así se fundó formalmente este organismo, declarando en sus estatutos su compromiso con la democracia, los derechos humanos, la no intervención y la declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz.

Por supuesto que la polémica acompañó esta fundación. La exclusión de Estados Unidos y Canadá, explicada y defendida bajo el planteamiento antimperialista sobre todo por Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, derivó en múltiples críticas de países participantes que sostenían fuertes vínculos con el norte, como Chile y Colombia.

En esa tónica, durante le sexta Cumbre de la Celac, citada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, se generó una tensión en la mesa presidencial.

La Calle Pau, ex presidente uruguayo de derechas, se confrontó específicamente con Venezuela y Cuba. El cubano Díaz-Canel era el invitado especial de López Obrador; el segundo entonces decantó la diferencia alegando la soberanía de los estados.

Han transcurrido desde entonces 10 presidencias pro tempore de esta instancia: Chile (2012), con Sebastián Piñera; Cuba (2013), con Raúl Castro; Costa Rica (2014), con Luis Guillermo Solís; Ecuador (2015), con Rafael Correa; República Dominicana (2016), con Danilo Medina; El Salvador (2017), con Salvador Sánchez Cerén; México (2019), con Andrés Manuel López Obrador; Argentina (2022- 2023), con Alberto Fernández; San Vicente y las Granadinas (2023), con Ralph Gonsalves, y actualmente, a días de cerrar su gestión, Honduras, con Xiomara Castro, quien entregará la cartera al colombiano Petro. 

Castro, quien antes de la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia era la única mujer en encabezar el Ejecutivo en el continente, también es la única presidenta que la Celac ha tenido.

Bolívar, Martí y Morazán fueron los referentes históricos y políticos sistemáticamente citados por la primera presidenta de Honduras, Xiomara Castro, durante su presidencia de la Celac. Traducido, esto significa que la actual gestión hondureña mantuvo una posición ideológica consistente en este espacio. Lo anterior es un hecho, más allá de que la relación bilateral que lleva Honduras con Estados Unidos sea más de acuerdos que de desacuerdos. Vale la pena recordar que en Honduras se sitúa la base militar estadunidense más grande de la región: Palmerola.

En este sentido, probablemente dos fueron los momentos de mayor tensión en la Celac durante la presidencia de Xiomara Castro, ambos vinculados al menos parcialmente a México.

El primero fue hace un poco más de un año, luego de que el gobierno de Daniel Noboa, en Ecuador, ejecutara un asalto policial a la sede diplomática mexicana. Entre los elementos de saldo de este acontecimiento se tienen: el secuestro del asilado ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países y un proceso internacional abierto por México donde se denuncia la violación de la Convención de Viena. Xiomara Castro convocó a una cumbre virtual de presidentes para abordar el hecho, convocatoria cuestionada por algunos países al no ser de consenso. En síntesis, se evidenció en ese momento la dificultad de la Celac para actuar como bloque unificado ante situaciones críticas específicas.

El segundo bache fue más reciente, cuando la hondureña emitió una convocatoria formal para reunir a los mandatarios luego de la polémica entre Trump y Petro. La causa fue las deportaciones violatorias de derechos humanos impuestas unilateralmente por el presidente de Estados Unidos. Pero esto fue un agregado a las entonces ya anunciadas medidas arancelarias, también unilaterales, de Estados Unidos contra México. Castro apresuró una convocatoria presidencial que luego tuvo que retirar; algunos analistas coinciden en que dejaron sola a la presidenta hondureña, priorizando sus propias medidas con Estados Unidos.

Con todo, Xiomara Castro llevó la conducción de la Celac con altura política. Este miércoles 9 abril pasa la posta al colombiano Petro. Al menos 12 mandatorios del continente confirmaron su asistencia, incluida la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.

Aunque se espera que el encuentro sea más simbólico que operativo, es loable el esfuerzo de Honduras y de los otros miembros, por sentarse en la misma mesa hoy, dadas las condiciones adversas que propone Estados Unidos para todos los que están al sur de su frontera.

*Analista en política latinoamericana (@ValeQinaya)

 


 

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