Washington. Indiferente ante la serie de colapsos en los mercados de valores, el presidente Donald Trump amenazó ayer con aranceles adicionales a China, lo que generó nuevas preocupaciones sobre la posibilidad de que su plan de requilibrar la economía global intensifique una guerra comercial financieramente destructiva.
Trump dijo que impondrá un arancel adicional de 50 por ciento a China si no retira sus gravámenes de represalia. Además, acusó a Pekín de ser el mayor abusador en materia de aranceles.
De concretarse dicha medida, señaló la Casa Blanca, los aranceles estadunidenses a los productos chinos alcanzarán 104 por ciento si Pekín insiste en responder a la ofensiva aduanera.
Más tarde, Trump dijo que no estaba considerando una pausa en los aranceles para permitir las negociaciones con sus socios comerciales, pero afirmó que hablaría con China, Japón y otros países sobre los gravámenes.
En una comparecencia ante periodistas en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre si estaba abierto a suspender el cobro de aranceles, Trump dijo: Bueno, no estamos considerando eso. Tenemos muchos, muchos países que vienen a negociar acuerdos con nosotros y van a ser acuerdos justos. Y en algunos casos van a pagar aranceles sustanciales. Habrá tratos justos.
Casi 70 naciones se han acercado a Estados Unidos para negociar aranceles comerciales, y las conversaciones podrían extenderse hasta junio, declaró el secretario del Tesoro, Scott Bessent.