Desde que el desquiciado Donald Trump divulgó su perversa intención de imponer aranceles a todo y a todos, porque "han abusado de Estados Unidos", la comunidad de naciones le advirtió que proceder en tal sentido equivaldría a darse un tiro en elpie y entre las patas se llevaría a tirios y troyanos, lo cual, en efecto, se materializó a partir del pasado 2 de abril (cuando dio a conocer a quiénes y en qué proporción aplicará las "tarifas"), fecha en la que comenzó el terremoto financiero, bursátil, cambiario, petrolero y, obviamente, comercial que parece no tener fecha de caducidad.
Entonces, es lo de menos si se dio un balazo en el pie o es víctima del efecto búmeran, porque lo peligroso es que en su afán de desbancar a China y hacerlo a la brava, Trump lo único que logra es desestabilizar la economía mundial. Estados Unidos, de por sí instalado en una burbuja, de tiempo atrás decidió subirse a la hamaca, mientras el gigante asiático avanzaba a galope y arrasaba en los mercados internacionales. Y el magnate hasta ahora se dio cuenta, por lo que quiere cobrarse la afrenta extorsionando y golpeando a terceras naciones, mientras estimula la recesión y la inflación en su propio territorio.
Dado que China aplica la misma receta arancelaria a Estados Unidos, ahora Trump amenaza con incrementar a 104 por ciento las "tarifas" aplicables a las importaciones del gran dragón, si es que éste no recula, lo que obviamente no hará. De hecho, el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático denuncia que "la imposición unilateral de Estados Unidos priva efectivamente a los países, en particular a los del Sur Global, de su derecho al desarrollo, y seguramente enfrentará una oposición generalizada de la comunidad internacional". La decisión "afecta a más de 180 países y regiones del mundo, incluidas algunas economías clasificadas por la ONU como países menos desarrollados". El inquilino de la Casa Blanca "actuó de una manera que prioriza sus propios intereses a expensas de los beneficios legítimos de otras naciones", lo que "refleja el unilateralismo, el proteccionismo y el acoso económico".
Descarado, el mandatario estadunidense abiertamente reconoce que China es su objetivo a destruir (algo por demás imposible) y el único "elemento de negociación" por él impuesto a las naciones que le piden cancelar los aranceles es que le den la espalda a la superpotencia asiática, que la expulsen de sus respectivos países y sólo comercien con Estados Unidos. Exige, pues, alineación total e incondicional a los intereses de la Casa Blanca, si es que aquellas pretenden llegar a un acuerdo que incluya, eventualmente, la cancelación de los temidos aranceles. Y ese es el pago sólo para sentarse a negociar. "No daré marcha atrás a menos que las naciones afectadas (hasta ahora no menos de 50 han solicitado audiencia) equilibren su comercio con mi país".
Los sacrosantos mercados están al borde del infarto, y de ello dan cuenta los despachos de las agencias informativas internacionales: "las bolsas de Asia y Europa se desplomaron este lunes por el temor a una recesión a escala global, provocada por la decisión de Estados Unidos de aplicar grandes aranceles a sus socios comerciales. Tras las enormes caídas del jueves y el viernes pasados, vivieron otra jornada de caos por la guerra comercial desatada por el presidente Donald Trump". Y las caídas de los principales índices fluctuaron entre -13.22 por ciento y -3.9. Además, los precios petroleros se tambalean.
En el caso de nuestro país, ayer, al iniciar operaciones, el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores llegó a caer más de 4 por ciento, aunque al cierre de operaciones la pérdida se redujo a 2 por ciento. Las acciones con mayores pérdidas cayeron entre 12.11 y 5.61 por ciento. Los precios petroleros internacionales registraron descensos de 3 por ciento, que se suman a la caída de 7 por ciento del pasado viernes. El precio del petróleo mexicano de exportación cerró en 57.67 dólares por barril. Y el tipo de cambio se incrementó a 20.68 pesos por billete verde.
La presidenta Sheinbaum se pronunció sobre la maquiavélica kermés de Trump: “nosotros estamos en pláticas; en la medida de lo posible queremos evitar poner aranceles recíprocos… No descartamos aumentar 25 por ciento, pero preferimos seguir el diálogo antes que otra medida; ponerlos sería muy fácil (al acero y el aluminio de procedencia estadunidenses), nada más que eso va a aumentar los precios aquí”.
Las rebanadas del pastel
Ánimo, que el merequetengue continúa y aún faltan un año y tres meses para la revisión del T-MEC.
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