El lunes negro generó turbulencia mundial en bolsas, pérdidas fluctuantes, un emplazamiento peligroso a China, preocupación creciente y signos de oposición hasta en sectores trumpistas y el asomo de las posibilidades de que el garrote arancelario pueda irse diluyendo, en lo posible, al dar paso a múltiples negociaciones bilaterales que ya iniciaron.
Las bolsas asiáticas, por cuestión de reloj, colocaron el indiscutible toque de alarma, luego las europeas y cerraron las americanas. Horas expectantes, tendencia crítica sostenida, vacilaciones y tribulaciones mientras Tronald tronaba y troleaba desde la Casa Blanca, tañendo la lira ante el mundo bursátil y económico en llamas de variada medición.
México no quedó fuera del círculo de daños inmediatos, pero en cuantía menor. Hubo impacto en la paridad cambiaria, más no en dimensiones pánicas. La bolsa bajó, pero también en proporciones sin escándalo. Pero el reparto de males se enfila a tener un oriental repunte hoy, al cumplirse el plazo fijado por Trump para retractarse de los aranceles que China puso en legítima reciprocidad a los impuestos por Trump, quien advirtió que instauraría 50 por ciento más de aranceles si su principal rival no da marcha atrás este martes.
Por otra parte, la presidenta Sheinbaum se mostraba complacida por el detalle trumpista de retomar y difundir en su red el video del gobierno claudista contra las adicciones. Ese gesto, a entender de Palacio Nacional, muestra que Trump va asumiendo la valía de combatir las causas y no solo las consecuencias.
Otro tema relevante del lunes 4T fue el inicio de diálogo con organizaciones buscadoras de personas desaparecidas, el primero con Guerreros Buscadores, la agrupación que colocó en el mapa nacional e internacional el caso del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, dijo que el tema es una prioridad de Estado y que la Presidenta dio instrucciones precisas de atenderlo con sensibilidad e incorporando voces y planteamientos de familiares de desaparecidos a la iniciativa de reformas legales en la materia. Ya se verá hasta dónde se llega y con cuánta profundidad, sobre todo bajo la lupa del correspondiente comité de Naciones Unidas.
La tragedia sucedida en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México, donde dos jóvenes periodistas murieron al caer un motivo "estético", técnica y criminalmente mal colocado, corre el riesgo de entramparse en disputas con colores partidistas. El alcalde panista de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, señala la responsabilidad de los organizadores; la presidencia de la República apunta en particular hacia los concesionarios del parque, beneficiados en último año de gobierno por Enrique Peña Nieto, y la fiscalía capitalina, de inequívoca tonalidad guinda, abre el radar hacia organizadores, concesionarios y autoridades.
Mientras tanto, aumentan los testimonios de la operación (que no pudo ser súbitamente decidida por empleados contratados para seguir instrucciones) de encubrimiento de los hechos (al grado de que el sábado mortal el festival se desarrolló como si nada, sin que nadie avisara al público de lo sucedido), y de una pretensión (que de confirmarse sería nefanda) de dar por vivos a los periodistas para que el inmueble, el programa del día siguiente y los organizadores no fueran tan afectados.
Más allá de la responsabilidad que podría asignarse a personal de mediano y bajo nivel de organigrama (los operadores de las grúas, los diseñadores de esos motivos "estéticos" y guiadores, burócratas de Protección Civil de la alcaldía o del gobierno capitalino central), será importante que, mediante una investigación a fondo y, sobre todo, creíble, se señale y castigue a quienes urdieron desde las alturas organizativas de Grupo Eco, dirigido por Diego Jiménez Labora, una operación delictiva e inmoral para que el showbusiness no resultara tan lastimado. ¡Hasta mañana!
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