Ciudad de México. México es el principal proveedor de autopartes a Estados Unidos, pero 12 por ciento de la industria nacional está fuera de las reglas del T-MEC y se ve afectado por los aranceles impuestos por la administración del presidente Donald Trump en Estados Unidos, informó Gabriel Padilla, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
El objetivo es que “toda la industria quede libre de cualquier arancel”, de ahí que la Secretaría de Economía mantiene las mesas de trabajo con sus pares estadunidenses para que no se apliquen las tarifas proyectadas para entrar en vigor el próximo 3 de mayo, explicaron líderes del sector en una conferencia de prensa conjunta.
El 26 de marzo la administración Trump anunció un arancel general de 25 por ciento a las importaciones de vehículos. En el caso de México y Canadá, el atenuante está en que la cuota se aplique al valor de su contenido no estadunidense; en tanto que las autopartes que cumplen con el T-MEC no serán gravadas.
“Se sigue en una fase de espera y mucha incertidumbre”, reconoció Padilla. Explicó que si bien el 88 por ciento de las empresas cumplen con las reglas de origen y está exento de la medida, los aranceles al aluminio y acero indirectamente impactan con 2 mil 939 millones de dólares a la industria de autopartes.
De acuerdo con los datos presentados por la INA, México es el principal proveedor de autopartes a Estados Unidos, con una cuota de mercado de 43.3 por ciento en el primer bimestre del año. A éste siguen Canadá con 9.9 por ciento y China con 8.28 por ciento. De hecho no hay país de América del Norte que compre más a la nación asiática como el gobernado por Donald Trump.
A la par, entre las empresas extranjeras de fabricación de autopartes que hay en México, la mayoría son estadunidenses. De acuerdo con datos oficiales, recuperados por la INA, el 34 por ciento de estas maquilas son de Estados Unidos, 14 por ciento de Japón y 13 por ciento de Alemania.
Padilla reportó que la industria mexicana de autopartes está tan ligada a la maquila de Estados Unidos, que en enero las tres principales regiones que fabrican estos insumos en México vieron caer su producción a la par que se redujo la manufactura de vehículos terminados en el país vecino.
En la zona norte de México la producción cayó 8.83 por ciento; en la zona Bajío lo hizo 12.02 por ciento y en la zona centro se redujo 9.29 por ciento. En estas tres regiones se concentra el 95.1 por ciento de la fabricación de autopartes en el país.
Padilla también puntualizó que el sector automotriz es uno de los principales generadores de empleo en América del Norte, con 5.1 millones de espacios, y el más beneficiado es el mismo Estados Unidos, donde prácticamente se concentran siete de cada 10 plazas de trabajo.
En Estados Unidos hay 3 millones 400 mil empleos vinculados al sector automotriz, equivalentes al 67 por ciento; a éste sigue México con un millón 300 mil (25 por ciento del total) y Canadá con 430 mil, que alcanzan 8 por ciento del total.
Rogelio Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), apuntó que se deben esperar los efectos de aranceles a entrar en vigor el próximo 3 de mayo para adelantar los impactos en el sector. En ese tono se rehusó a comentar cuáles serán los efectos a la luz de anuncios de Stellantis y Nissan.
Stellantis pausó la producción en dos plantas de ensamblaje ubicadas en México y Canadá, con el objetivo de reducir su exposición a los aranceles. Nissan, por su parte, informó que no tomaría más órdenes de las SUV Infiniti (QX50 y QX55) fabricadas en Aguascalientes para enviar al mercado estadunidense.
“Es prematuro ver ahorita el impacto, hasta que no se terminen las negociaciones”, enfatizó el directivo de la AMIA. No obstante, reconoció que “algunas marcas han decidido no enviar vehículos (a Estados Unidos) en lo que ven cómo queda completamente el arancel”. La industria espera que derivado del diálogo entre la Secretaría de Economía y sus pares, todo impuesto quede desechado.