Ciudad de México. La economía global enfrenta una brecha de inversión climática anual de 2.7 billones de dólares, lo que representa alrededor del 1.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial hacia 2030 para alcanzar las metas de cero emisiones netas.
“Alcanzar los objetivos de descarbonización requeriría una rápida aceleración de las políticas y un aumento de la inversión en energía limpia por parte de gobiernos y empresas”, aseguró Moody’s.
Los cambios en las políticas de Estados Unidos, la creciente demanda de centros de datos y las tensiones geopolíticas y comerciales representan claros obstáculos para la transición, sostuvo Moody’s en su reporte Los cambios de políticas refuerzan el valor del crédito de los escenarios climáticos.
Expuso que entre 2019 y 2024, las inversiones en energía limpia aumentaron casi 50 por ciento hasta alcanzar casi 2 billones de dólares, impulsadas por la disminución significativa de los costos de las tecnologías de energía limpia.
“Sin embargo, las emisiones globales de carbono han seguido aumentando, y el mundo no está en vías de cumplir con los compromisos existentes”, admitió Moody’s.
En el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se estimó que incluso si los países alcanzaran sus objetivos nacionales o sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) existentes para 2030, el calentamiento global se limitaría a 2.6°C -2.8°C hacia fines de siglo.
Es decir, se situaría por encima del objetivo final del Acuerdo de París de menos de 2°C.
“Alcanzar los objetivos de descarbonización implicaría una aceleración significativa de las políticas y la inversión de gobiernos y empresas”, se menciona en el análisis.
“El impulso de la transición (energética) enfrenta claros obstáculos a corto plazo, pero persisten factores a largo plazo que la respaldan”, mencionó Moody’s.
“Esperamos que los compromisos nacionales hacia la descarbonización, las cuestiones de seguridad energética y las ventajas financieras de la energía renovable respalden la inversión continua en transición en la mayoría de los países”, confío la calificadora.
Incluso, señaló que a mediano plazo, los avances tecnológicos y una respuesta de políticas tardías, pero más efectivas, provocadas por los crecientes costos socioeconómicos del cambio climático podrían acelerar el ritmo de la transición.
La compañía expuso que en general, las regiones con un mayor crecimiento de población y de producto interno bruto (PIB) reducirán las emisiones absolutas más lentamente y utilizarán los activos intensivos en carbono durante más tiempo.
Moody’s destacó que tras el histórico Acuerdo de París de 2015, se multiplicaron los compromisos nacionales y corporativos hacia la descarbonización.