El uso indebido de banquetas y zonas peatonales par parte de conductores de motocicletas y de las llamadas “bicicletas eléctricas” que circulan en la Ciudad pone en riesgo la seguridad de peatones y usuarios de la vía pública y requiere una respuesta firme y coordinada por parte de las autoridades de tránsito, señala, Nicolás Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).
“En muchas ciudades las motocicletas se han convertido en una opción rápida y económica de transporte, sin embargo, también han traído consigo una serie de problemas como es el uso indebido de banquetas y zonas peatonales; frenar su uso en estas áreas es hoy un verdadero desafío”, apuntó.
El problema no es nuevo pero se ha intensificado con el aumento motocicletas y “bicicletas eléctricas” cuya velocidad, en algunos casos supera los 50 kilómetros por hora.
Estos vehículos son utilizados localmente; lamentablemente circulan en sentido contrario, invadiendo los carriles de automóviles y en otros casos también la banqueta o la zona peatonal poniendo en riesgo a las personas.
La falta de una cultura vial entre usuarios de estos vehículos es evidente, “la impunidad con la que ellos invaden el espacio destinado a los peatones evidencia fallas en la fiscalización y aplicación de sanciones”, indicó.
Ante esta situación, “no basta una campaña de concientización; se requiere la aplicación de una ley”.
Además de programas de emplacamiento, vías por las cuales pueden circular, uso que pueden tener y acciones de tránsito que permitan aplicar la normatividad, quizás, “primero llamándoles la atención, aplicando una sanción y multas y en casos de reincidencia confiscando estas unidades”.
El objetivo de un marco normativo para estos vehículos es proteger la seguridad de las personas usuarias de la vía pública como la propia seguridad de sus conductores
Las cámaras de video vigilancia y sistemas de foto multas permiten hoy identificar y sancionar a los infractores de manera más eficiente y tener registro y control de este tipo de vehículos a través del uso de chips o de códigos QR en las placas, apuntó.
“La solución no pasa solo por la represión, se requieren programas y campañas de educación vial para mejorar las condiciones en las que se mueven estas personas”.
“Normalizar este tipo de conductas pone en riesgo a los usuarios de la vía pública; es necesario garantizar la seguridad de las personas y eso es una cuestión de disciplina para evitar a corto y mediano plazo graves consecuencias como accidentes fatales e incapacidades”.
Pidió considerar que muchos de estos vehículos son usados cada vez más por mujeres con niños.