París. El exvicepresidente estadounidense Al Gore criticó el sábado en París las derivas "inaceptables" del gobierno de Donald Trump contra la ciencia y la libertad de expresión, pero dijo que su capacidad de frenar "la revolución de la sostenibilidad" será "limitada".
"No quiero restar importancia a las dificultades que representa la nueva administración estadounidense, que es demasiado hostil a todo lo que podría ayudarnos a resolver la crisis climática", afirmó Gore durante una entrevista con periodistas.
"Pero pienso que su capacidad para retrasar la revolución de la sostenibilidad es limitada", añadió el premio Nobel de la Paz, más involucrado que nunca en la lucha contra el calentamiento climático.
"Creo que hay una gran rueda que gira ineluctablemente en la buena dirección, y que hay cierto número de pequeñas ruedas que giran en la mala dirección. Pero pienso que será la gran rueda la que ganará", dijo el exvicepresidente demócrata.
Sin embargo, Gore declaró que evita alimentar un "optimismo tóxico" en estos tiempos "difíciles".
Ante los cuestionamientos a la ciencia y la destrucción de bases de datos, Gore calificó como "muy preocupante" la ofensiva de la administración Trump contra los científicos y las universidades en Estados Unidos, en especial lo que ocurre en Columbia.
También calificó de "inaceptable" la detención de una estudiante turca de la Universidad Tufts, con vistas a su deportación, que es cuestionada por expresar sus "opiniones" sobre como el establecimiento manejó las protestas por la guerra en Gaza.
También se manifestó "muy preocupado" tras la condena hace unos días de la ONG Greenpeace a pagar una suma colosal a una empresa energética estadounidense.
Gore sostiene que aunque "la industria de los combustibles fósiles es de lejos el lobby comercial más rico y más poderoso de la historia del mundo", el avance de las energías "renovables continuará".
"Vemos ya muchas órdenes ejecutivas de Donald Trump anuladas por los tribunales. Y a los que se preocupan por verlo desobedecer las decisiones de justicia, digo que es poco probable finalmente" que lo haga, señaló.
Subrayó el apego de la opinión pública estadounidense, "tanto de los republicanos como los demócratas", al "Estado de derecho y la necesidad de que los representantes del gobierno, incluso el presidente, obedezcan las órdenes de la justicia federal".