Sao Paulo. Brasil, la mayor economía sudamericana, está en condiciones en el corto plazo de ocupar espacios en la provisión mundial de alimentos, como soya, algodón y carnes, en caso de tener que ser el reemplazante en las cadenas de suministros de productos estadounidenses ante las nuevas políticas del presidente Donald Trump, opinan expertos brasileños.
En entrevista con Xinhua, el profesor de Economía de la Universidad de Campinas, Antonio Diegues, afirmó que Brasil tiene oportunidades de mostrarse como un proveedor seguro y confiable que "vienen del hecho de que tenemos una súper cosecha y el hecho de que Estados Unidos lanzó una guerra comercial global y algunos países han buscado reducir la dependencia de importaciones de 'commodities'" estadunidenses.
Sin embargo, señaló que esto podría concretarse siempre y cuando se mantenga el equilibrio geopolítico para no sumarse a la guerra comercial planteada por el presidente estadounidense y, en el plano interno, se mejoren cuestiones como la infraestructura para permitir una aceleración en la exportación de granos a los mercados internacionales.
El experto explicó que el espacio se abre para la nación sudamericana gracias a que "no es un país que tiene alineamiento automático con ningún otro país, buscando soberanía y relación externa pragmática y no en ideología como Estados Unidos ha impulsado desde siempre y ahora más explícitamente".
"Un país como Brasil puede beneficiarse al estar fuera de la disputa y de los obstáculos planteados por
Brasil tiene a China desde 2009 como su principal socio comercial, seguido por Estados Unidos, con quien también compite en la producción de "commodities", sobre todo soya y algodón.
En coincidencia, el exdiplomático Luiz Augusto de Castro Neves, presidente del Centro Empresarial Brasil China (CEBC), probablemente "habrá un nicho de mercado" para Brasil si se concretan las medidas proteccionistas de Estados Unidos, pero es importante que Brasil tenga la visión de tener un aumento de productividad no solo regido por el escenario global.
Por su parte, el empresario ruralista Bartolomeu Braz, director de la Asociación de Productores de Soja (Aprosoja), admitió que, aunque el país sudamericano tiene capacidad para ocupar lugares que dejan otros productores de alimentos, los "obstáculos en logística" dificultan "cumplir la meta y tornarse el mayor exportador de alimentos del mundo".
Brasil fue afectado recientemente por el arancel del 25 por ciento a la compra de acero y aluminio importado, impuesto por Estados Unidos.
El ingeniero agrónomo del Instituto del Arroz del estado de Rio Grande do Sul, Ivo Mello, reafirmó que el país posee las condiciones para colocarse como el "player" global de la producción y exportación de alimentos gracias a que "invirtió mucho a lo largo de décadas en tecnología adaptada de otros países y otros mercados para que pudiera producir en igualdad de condiciones de suelo y clima".
"Pocos países en el mundo tienen áreas de conservación como un activo para la agricultura brasileña. Es una excelente oportunidad para que Brasil pueda consolidarse, pero sería mejor agregar valor, procesar la soya", recomendó.
Según el ingeniero agrónomo, Brasil logró con tecnologías centenarias de irrigación en el sur del país desarrollar un grano de calidad superior al de Estados Unidos.
Brasil es actualmente el mayor exportador mundial de soya, de maíz, de café, de azúcar, de jugo de naranja, de carne bovina y de carne de pollo.