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Apuntes postsoviéticos

29 de marzo de 2025 07:44

La prisa de la Casa Blanca, el martes anterior, por mostrar "avances" en las conversaciones técnicas en Arabia Saudita, a pesar de haber pactado con Rusia no publicar una declaración conjunta, hizo que afloraran versiones encontradas acerca de lo que "acordaron" Moscú y Kiev con la mediación de Washington.

Lejos de aclararlo, ahora hay tres relatos que no cuadran entre sí. Para Estados Unidos, resumiendo los comunicados de la Casa Blanca, Rusia y Ucrania, mostraron disposición a declarar la tregua energética y a diseñar medidas para instrumentarla, así como estuvieron de acuerdo en revivir una suerte de "pacto de los cereales" en el mar Negro.

La respuesta del Kremlin tuvo el propósito doble de enfriar el "optimismo" de la administración de Donald Trump y de relegar a Kiev en las negociaciones a sumiso ejecutor de las órdenes que recibe de Washington. Moscú quiso demostrar que, desde su perspectiva, aún falta superar infinidad de escollos para dejar vía libre a lo que en realidad quiere: negociar exclusivamente con Estados Unidos, al margen de Ucrania.

Rusia asegura que la tregua energética comenzó el 18 de marzo y que Ucrania la viola desde entonces. Ayer se reservó el derecho de reanudar los ataques. En cuanto al entendimiento marítimo, puso tal cantidad de condiciones –algunas no dependen de la voluntad de la Casa Blanca como la reconexión del banco agropecuario ruso al sistema de pagos internacionales Swift, cuya sede está en Bruselas y se rige por la Unión Europea–que hasta Trump empezó a dudar si su colega ruso, Vladimir Putin, quiere alcanzar pronto un cese el fuego temporal.

Para Ucrania, la tregua energética comenzó el 25 de marzo y, desde entonces, no ataca ninguna instalación rusa del sector, a diferencia de Rusia, asevera, que lo hizo ocho veces desde el 18 de marzo. Kiev lee a su manera la iniciativa marítima: sostiene que los buques de guerra rusos no deben entrar en la parte oriental del mar Negro y pregunta quién y cómo va a verificar que los graneleros no portan armas. Insiste en algo que rechaza Rusia: la moratoria de no atacar a las embarcaciones también se refiere a infraestructura naval.

Nada se podrá avanzar mientras Washington, Moscú y Kiev interpreten cualquier eventual entendimiento sólo como más convenga a cada uno.

México SA

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