Montreal. La decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones de automóviles recibió una cascada de calificaciones negativas por parte de gobiernos de todo el orbe, desde aliados hasta socios, que tienen en la industria automotriz uno de sus principales motores.
Además de la Unión Europea, Canadá, Japón y Brasil fueron algunos de los países que en horas reaccionaron a la medida sin detallar cómo responderán comercialmente.
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, declaró que la medida es un ataque directo a los trabajadores canadienses, al tiempo que acusó al presidente estadunidense, Donald Trump, de traicionar nuestro acuerdo comercial, el T-MEC.
En el mismo sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lamentó profundamente la decisión de Estados Unidos y dijo que el bloque seguirá buscando soluciones negociadas.
Como ya dije, los aranceles son impuestos, malos para los negocios, peores para los consumidores, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, expresó.
Poco viable, mudar de México a Estados Unidos la fabricación de autos, afirma funcionario de la Cepal. En la imagen, planta de General Motors en Coahuila. Foto José Carlo González
El pasado jueves, la Comisión Europea anunció que retrasaría dos semanas, hasta mediados de abril, la entrada en vigor de sus contramedidas dirigidas a productos estadunidenses en respuesta a los aranceles de 25 por ciento decididos por Trump sobre el acero y el aluminio, con la finalidad de dar más tiempo a una solución negociada.
Por su parte, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, afirmó que su gobierno estudia medidas apropiadas en respuesta al arancel de 25 por ciento a los vehículos importados, afirmó que todas las opciones están sobre la mesa.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que su país no puede permanecer quieto ante los aranceles del republicano.
Vamos a tomar las acciones que consideramos buenas para Brasil (...). Si él (Trump) está pensando en gravar todo lo que Estados Unidos importa, va a ser perjudicial para ellos. Va a elevar los precios de las cosas y causar una inflación que él no percibe, dijo a periodistas, al cierre de su visita a Tokio.
Balazo en el pie
La integración de la industria automotriz entre México y Estados Unidos ha permitido que las empresas estadunidenses mantengan costos de producción relativamente bajos. Con un arancel, los precios de vehículos y autopartes aumentarán, afectando tanto a fabricantes como a consumidores, adelantó Jorge Martínez Piva, director subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) .
Uno de los efectos potenciales inmediatos de la imposición de aranceles al sector sería el aumento en los precios de productos para los consumidores estadunidenses. Además, trasladar la producción de México a Estados Unidos es poco viable en el corto plazo, debido a los altos costos de mano de obra y la complejidad de reubicar plantas industriales, aseveró Martínez.