El pintor y escultor Alberto Castro Leñero (Ciudad de México, 1951) se integra a la pléyade de artistas que realizaron murales en la Escuela Nacional Preparatoria, cuando la sede de ésta fue el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Desplazamiento se titula el primer mural pictórico de Castro Leñero, quien ya había hecho Elementos, un conjunto en cerámica en la estación del Metro Taxqueña, y otro en ese mismo material en la avenida Ricardo Flores Magón.
Desplazamiento, mural portable, de 3.10 de altura por 10.55 metros de largo, será inaugurado el sábado para una exhibición de seis meses. Fue hecho ex profeso para el espacio asignado de San Ildefonso, en el corredor del primer piso, junto al fresco La ley y la justicia (1923-1924), de José Clemente Orozco.
Castro Leñero fue convocado para hacer el mural por parte de Déborah Chenillo Alazraki, entonces subdirectora operativa de San Ildefonso, y el poeta Eduardo Vázquez, coordinador ejecutivo del recinto. La propuesta surgió a raíz de la muerte del poeta David Huerta (1949-2022), quien fue amigo del pintor. En un principio el mural iba a tener alguna referencia con la poesía del autor de Incurable; sin embargo, después comencé a trabajar con el tema de la migración. Finalmente, hay un elemento que representa la mirada. Que puede ser el ojo del observador o el poeta David. Un elemento circular que podrá representar un gran ojo que ve la escena.
El artista cayó en cuenta que la misma energía del espacio requería dialogar con los demás murales. Entonces, surgió el tema de la migración, tan presente, actual y sensible. Me puse a trabajar varios bocetos de composiciones con personas caminando. Hice ciertos puntos de inflexión; por ejemplo, puse una imagen que tiene que ver con la Virgen de Guadalupe, un elemento que consideraba de relevancia en ese contexto. También realicé una prueba tridimensional y metí una especie de prisma triangular.
La pintura del mural es plana, bidimensional. No obstante, en medio de la composición tiene un saliente triangular, prisma o doblez. A cada lado está la multitud que camina hacia algún lugar de vida mejor.
Para sus modelos Castro Leñero utilizó imágenes que tenía en su celular de personas caminando porque es un tema que he trabajado en otras obras, incluso en un grabado. En Internet, periódicos y revistas encontré más información. Recopilé varias imágenes y escogí las de más claridad y poder dentro de la composición; luego estructuré la pieza.
‘Desplazamiento’ (3.10 por 10.55 metros), obra que hizo el artista para la antigua Escuela Nacional Preparatoria. Foto Cortesía de Cultura en Bicicleta
Se refiere a su paleta como “muy kitsch”. Hay “colores suaves –morados y rosas–, aunque también contrastantes, muy vivos”. El color fue surgiendo conforme trabajé la pieza. Empecé a trabajar el fondo, después traté de enriquecer la superficie. De las figuras me surgieron pruebas de color que fui cambiando hasta que encontré un contraste que me diera la sensación que quería.
–¿Cuál es su sentir acerca de la migración?
–Mi posición no es tanto política, sino de alguien que busca en el arte.
–¿El movimiento es un factor relevante?
–Sí, la migración es algo en que todos estamos metidos. Es un movimiento humano que actualmente es muy doloroso para muchas personas. Aunque sea un tema obvio, me pareció necesario honrar y registrar ese proceso humano.
Castro Leñero encontró intimidante a la vez que estimulante saber que estaría junto a José Clemente Orozco y otras personalidades. Al observar, por ejemplo, La fiesta del Señor de Chalma, de Fernando Leal, descubrió un mural con una composición buenísima y un manejo de la técnica excelente. Luego Orozco, con ese dramatismo y esa fuerza dibujística, casi es una especie de caricaturista en gigante. Valoré de nuevo todas estas grandes figuras porque cuando empecé a pintar eran un poco como no vistas. Lo que reinaba era otro tipo de arte. Este ejercicio, además, me ha permitido darme cuenta de la importancia de la figura de José Vasconcelos como gran promotor, con una visión y capacidad creativa.
El encargo de una obra para la cuna del muralismo mexicano es un reconocimiento también para la generación de Castro Leñero: Es como una grieta que se abre, una forma de ligar esta gran tradición a mi generación. Varios artistas podían haber participado o pueden hacerlo, si es que se abre esta oportunidad.
Hace votos para que el presente trabajo sea el principio de una nueva época en la que las autoridades de la cultura tengan la creatividad para aprovechar la energía de los artistas, ya que muchos pueden hacer cosas muy interesantes para el espacio público. Me imagino para escuelas o este tipo de edificios o infraestructuras públicas.
–¿Es una forma de decir que el muralismo no está muerto?
–Que el arte contemporáneo mexicano puede seguir. A lo mejor no es con la cara del muralismo como lo conocíamos, sino que se transforme en otra cosa. Eso sí, el muralismo se dio en una época en la que hubo alguien que tuvo la visión para proyectarlo al futuro. Eso es parte de nuestra cultura y lo que le da fuerza a un país. Continuar eso es algo que se necesita.
Desplazamiento será inaugurado el sábado a las 13 horas en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico).