Ciudad de México. Para evitar mayores concentraciones de contaminantes en el río La Silla, de Monterrey, Cristina Ancer Nevárez, investigadora del Universidad Autónoma de Nuevo León, aseguró que se requieren más apoyo de las autoridades estatales o federales para sanearlo, ya que en la última recolección emprendida por grupos de brigadistas se extrajeron de sus cauces sólo 2 mil 310 kilos de residuos.
Durante el Cuarto Seminario de Criminología Verde, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, la especialista señaló que sólo el gobierno municipal de Guadalupe ha emprendido acciones, particularmente de la Secretaría del Medio Ambiente local, junto con las organizaciones ambientales y algunas empresas para impedir la contaminación del único río vivo del Área Metropolitana de Nuevo León.
“Por parte del nuevo gobernador (Samuel García) no hay tanta respuesta, pero ya de manera local sí existe un apoyo importante para este tipo de actividades de saneamiento”, comentó. Tras la aplicación de cuatro jornadas en los últimos cuatro años, destacó que este tipo de proyectos son importantes ya que generan oficios para la población y un bienestar ambiental para Nuevo León.
Entre las afectaciones que presenta, detalló, se encuentra la descarga de aguas negras provenientes de los ductos de drenaje local, lo que provoca emanaciones de olores fétidos, y el abandono de desechos, como basura, muebles viejos y otro tipo de contaminantes químicos. Entre las repercusiones está la pérdida del hábitat y de especies, algunas de ellas nativas.
Resaltó que en el cauce también existe la propagación de plantas invasoras, como el carrizo, que provoca el desplazamiento de especies nativas, alteración de hábitats y una absorción del agua que va de 10 mil a 15 mil litros por hectárea.
Dentro de las campañas realizadas por los grupos de brigadistas, que se han realizado en los últimos cuatro años, Ancer destacó que las colonias que colindan con la zona del río estudiada son la colonia Atoyac, El Realito y la Ladrillera. Ahí se encuentra el jardín de niños Jean Piaget, la escuela primaria Profesor Urdiales Verástegui, el Centro de Salud Atoya de Álvarez y el centro comercial Nuevo Sur.
“Dado a que se han tenido apoyos, no hemos podido implementar todo este tipo de acciones que impidan todo tipo de contaminación hacia el río”, resaltó.