Moscú. Tras las negociaciones trilaterales en Arabia Saudita, no hubo declaración conjunta ni entendimiento para comenzar la tregua energética de 30 días y, cuando seguía en el aire la posibilidad de avanzar al menos en mejorar la seguridad de la navegación en el mar Negro, la Casa Blanca emitió este martes sendos comunicados para informar que acordó, por separado, con Ucrania y con Rusia, reanimar una suerte de pacto de los cereales.
Según Estados Unidos, ambos países se comprometen a no atacar embarcaciones comerciales (sobre todo, Rusia) y a no usar los graneleros con fines militares (en especial, Ucrania). De ese modo, podrán incrementar las rutas de exportación de granos que, con limitaciones y riesgos, utilizan ahora a través de sus puertos en el mar Negro.
Respecto a Rusia, Estados Unidos se ofrece a “ayudarla” a regresar al mercado internacional de exportación de producción agropecuaria y fertilizantes, a reducir el costo del seguro del transporte marítimo, así como aumentar el acceso a puertos y sistemas de pago de este tipo de transacciones.
El problema es que ni Rusia ni Ucrania firmaron ningún documento que los obligue a cumplir ese acuerdo.
El Kremlin, cuyo portavoz, Dimitri Peskov, había dicho por la mañana que “no habrá ningún comentario (sobre las conversaciones en Arabia Saudita) por haber tenido un carácter netamente técnico”, después de recibir la sorpresa de Washington, informó que “más tarde” se daría a conocer un comunicado con la versión rusa.
No pasó mucho tiempo antes de difundir el servicio de prensa de la presidencia rusa un documento que, en sentido estricto, son las condiciones que pone el Kremlin para iniciar a cumplir “el entendimiento marítimo” que menciona el comunicado de la Casa Blanca.
Rusia considera que entrará en vigor sólo después de “levantar las sanciones al banco Rosseljozbank y otras instituciones financieras que participan en asegurar el comercio internacional de alimentos (incluida la producción pesquera) y fertilizantes, así como de reconectarlas al SWIFT (sistema mundial de transferencias bancarias) y de abrir las necesarias cuentas corresponsales”.
Exige además “levantar las sanciones a realizar operaciones de financiamiento del comercio; levantar las sanciones a las compañías productoras y a las empresas exportadoras de alimentos (pescado incluido), así como levantar las restricciones a que las aseguradoras trabajen con cargas de alimentos y fertilizantes”.
Y pone como otras condiciones “levantar las restricciones a dar servicio en puertos a buques con bandera rusa que intervienen en el comercio de alimentos (pescado incluido) y fertilizantes; levantar las restricciones a la exportación de maquinaria agropecuaria a Rusia, así como otros artículos que se emplean para producir alimentos (pescado incluido) y fertilizantes”.
Asimismo, Rusia y Estados Unidos “acordaron diseñar medidas” que permitan llevar a la práctica la tregua energética durante 30 días, “saludan los buenos oficios de terceros países” que quieran contribuir al cumplimiento de los acuerdos en materia energética y marítima; y “seguirán trabajando para alcanzar una paz sólida y duradera”, concluye el texto.
Horas antes de que el Kremlin difundiera el documento, el jefe de su delegación en Riad, el senador Grigori Karasin, preguntado por la agencia noticiosa oficial TASS como habían sido las conversaciones con la contraparte estadunidense, se limitó a calificarlas de “diálogo intenso, nada fácil, pero muy útil”.
Kiev, mediante el jefe de su delegación que viajó a Arabia Saudita, Rustem Umerov, ministro de Defensa, confirmó que es cierto lo dicho en el comunicado de la Casa Blanca en cuanto a Ucrania.
A la vez, advirtió que “si Rusia mueve sus buques de guerra más allá de la parte oriental del mar Negro, ello equivaldrá a violar el espíritu de este entendimiento, a socavar su compromiso de respetar la libertad de navegación y una amenaza a la seguridad nacional (ucrania)”.
En ese caso, Ucrania “ejercerá su derecho a defenderse”.
Umerov confirmó también que Ucrania ratificó su disposición a llevar a la práctica la tregua energética de 30 días, aunque precisó que “para poder cumplirla de modo efectivo es necesario mantener consultas técnicas adicionales para concordar todos los detalles”, entre otros, asegurar el monitoreo y control de su cumplimiento.
El enviado de Kiev destacó que “EU prometió ayudar a facilitar el intercambio de prisioneros, la liberación de civiles encarcelados y el regreso de los niños ucranios que se llevaron a Rusia por la fuerza”.
Por la noche, el presidente Volodymir Zelensky hizo suyo el relato de Umerov y agregó que Ucrania entregó a Estados Unidos “una lista de instalaciones estratégicas que es necesario defender de ataques aéreos”, y que no sólo se refieren al sector energético.