Guadalajara, Jal. Miembros de la agrupación Invidentes Unidos de Jalisco retomaron su lucha para gestionar una sede donde puedan continuar impartiendo talleres de braille, orientación y movilidad, aprendizaje de instrumentos musicales, o de computación. Esto luego que el 16 de mayo de 2024 fueron desalojados de la casona que ocupaban en la calle Belén 457, en el centro de esta capital.
Una treintena de personas con discapacidad visual cerró la avenida Juárez con apenas tres mantas, letreros y dos altavoces con los que nunca pararon de exigir la presencia del mandatario Pablo Lemus, ya que el inmueble de donde fueron desalojados es propiedad del gobierno estatal, aunque el juez noveno de lo civil determinó que pertenecía a particulares, una “arbitrariedad ante la labor que hacíamos en ese lugar”, según el líder de la agrupación, Luis Sánchez Castillo.
El cierre, poco después de las 11 de la mañana, fue a la altura de la calle Ramón Corona, a una cuadra del palacio de gobierno, provocando un notable caos vehicular en el céntrico cruce.
“Desde el año pasado hemos estado pidiendo el apoyo del gobierno estatal, el (anterior) gobernador (Enrique Alfaro) nos mandó un representante, pero los teléfonos que nos dieron no nos contestaban. Lo mismo ha pasado ahora, queremos atención del gobernador Lemus o bien del secretario de Gobierno (Salvador Zamora). Pero ninguno de los dos gobernadores nos ha dado la cara”, dijo Sánchez Castillo.
La agrupación trabajaba en el centro de reunión de la calle Belén mediante instructores de la misma comunidad de personas ciegas, por lo que otra de sus demandas es que la Secretaría de Educación reconozca y pague esa labor de capacitación de los talleristas.