La exposición Eufloria, en el Museo Kaluz, recorre en 50 obras tres siglos de representaciones pictóricas de las flores, sus simbolismos, exuberancia, belleza e importancia para la sociedad.

La muestra, subtitulada Esplendor floral en la colección Kaluz, incluye una de las primeras piezas de la pintora y escritora Leonora Carrington, un ramo de flores hecho antes de su adhesión al surrealismo, así como cuadros de artistas como Joy Laville, Josefa Sanromán, Alfredo Ramos Martínez y Francisco Camps Ribera.

Se trata de la segunda parte del programa Visiones botánicas del recinto capitalino, cuya finalidad es reflexionar sobre el mundo vegetal en el arte a través de conceptos de estética, ecología y cultura. En este caso, se sostiene en la idea "de que sólo sabiendo lo que tenemos entendemos lo que sacrificamos", explicó la historiadora del arte Sara García Fernández, creadora del concepto curatorial.

La también filósofa añadió que en el momento paradigmático que vive nuestra sociedad, Eufloria es "optimista porque, aunque padecemos ecoansiedad y problemas derivados de nuestra crisis ecológica, la exposición está planteada desde un mensaje que redunda en la abundancia de lo natural, en la efervescencia, en la profusión", y trata de generar conciencia ecológica; es "un homenaje a la vida".

Por otro lado, Miguel Fernández Félix comentó que la muestra es importante para este centro cultural porque todas las piezas exhibidas forman parte del acervo del Kaluz, museo que dirige. Además, establece vínculos entre las piezas de arte mexicano, del exilio español y de Japón (la colección más importante de Latinoamérica de pintura de esa nación se aloja en el Kaluz); del artista Ignacio Rosas se exhibe un cuadro con "un toque japonés".

Continuó: "La exposición va a marcar cómo valorar el tema de las flores, de lo botánico, que es tan importante en el momento que vivimos, al que se denomina antropoceno. Son un elemento fundamental en la reflexión actual. Apoyan temas biológicos, pero también han formado parte de la historia cultural".

La exhibición se divide en los núcleos temáticos Abundancia; Cornucopia; Bouquets; Balcones, terrazas y jardines; Flores de Manila; A cielo abierto, y La flor caída.

En torno a la primera sala, Sara García comentó que contiene la idea de que, aunque estamos extenuando a la naturaleza, ésta tiene "esa abundancia que queremos remarcar y que los creadores han percibido a lo largo de la historia del arte. Algo que en el género del bodegón o la naturaleza muerta ha estado siempre presente".

En la sección A cielo abierto se aprecia una obra de la pintora y escultora británica naturalizada mexicana Joy Laville. Es el óleo House with cupula tours (1987).

La especialista comentó que el cuadro "es importante porque, aunque la presencia vegetal es mínima, me gusta jugar a quitar sus dos escasas flores y plantas y ver cómo se transforma. Eso hace mucho Laville: siempre incluye pequeños motivos vegetales que transforman la composición. La presencia de lo vegetal es muy fuerte".

Euforia floral

Explicó que el título Eufloria es un concepto creado para la exposición, que condensa las palabras "euforia" y "floral", marcando las cualidades de la abundancia y la fertilidad, que se ven desde el primer eje, que comienza con una pintura de la mexicana Josefa Sanromán, a quien se está rescatando después de haber sido desplazada de la historia del arte.

En este apartado se puede observar una rareza: un bodegón del pintor del siglo XIX José Agustín Arrieta, en el que se puede observar el nopalillo orquídea real, cactácea que en la actualidad sólo se puede encontrar en estado silvestre en México.

En Cornucopia, García Fernández hizo hincapié en un cuadro del mismo artista, en el que se observa a una joven en una escena con profusión de flores que representan la inocencia, la abundancia y la fertilidad de la vida. Está cercana a un florero cuya parte baja es una cornucopia, uno de los motivos recurrentes del arte. La muestra también exhibe el florero que en su momento capturó el artista.

Para Eufloria: Esplendor floral en la colección Kaluz se comisionó a la artista contemporánea Dulce Chacón un mural de las flores que se pueden ver en la exposición, con sus curiosidades y datos biológicos sobre ellas.

Entrevistada por este diario en torno a la ausencia de nochebuena, cempasúchil o cactáceas mexicanas, García Fernández mencionó que cada artista eligió la flor que más lo inspiró, dependiendo de sus momentos históricos, composiciones y colores.

Adelantó que a partir de octubre el recinto alojará la exposición El jardín de Velasco, del pintor mexicano José María Velasco, que presenta el archivo privado del artista adquirido por la colección Kaluz, donde habrá muchas cactáceas, porque le gustaban mucho.

La muestra Eufloria: Esplendor floral en la colección Kaluz permanecerá hasta el 15 de septiembre en el recinto ubicado en avenida Hidalgo 85, Centro Histórico.