Ciudad de México. En México, el cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte por tumores malignos en la población femenina, a pesar de ser “totalmente prevenible por la vacunación y pruebas de tamizaje”, sin embargo, el nivel de cobertura y el acceso restringido a pruebas de papanicolaou y colposcopía provoca que no se detecte a tiempo en varios casos, señalaron especialistas en la materia.
En conferencia de prensa, Rompiendo el silencio, hablemos de la prevención del virus del papiloma humano (VPH), las especialistas indicaron que el 95 por ciento de los casos de cáncer cervicouterino están asociados al VPH. Por ello, a través de la vacunación contra este virus junto con el uso de métodos de barrera como el condón y la adopción de hábitos saludables, se puede prevenir esta enfermedad.
Empero, la doctora Nadia García señaló que “este cáncer está ligado a factores socioeconómicos bajos. Es decir, los pacientes tienen acceso restringido a detección temprana, a pruebas de papanicolaou, detección de VPH, a salud sexual y eventualmente a detección temprana y a tratamiento oportuno”.
Indicó que al ser un cáncer con desarrollo lento, una vez que la paciente se infecta puede pasar años antes de que este tumor maligno madure por completo. Además, recordó que en las primeras fases no presenta ningún síntoma.
Mencionó que investigaciones actuales involucran diferentes subespecialidades, ya que el VPH puede causar el cinco por ciento de otros cánceres, entre ellos el cutáneo. Por ello, la necesidad de colaborar con dermatólogos, urólogos, ginecólogos, médicos generales.
En el marco del Día Internacional de Concientización de la Infección por Virus del Papiloma Humano (VPH) (cuatro de marzo) y el Día Mundial contra el Cáncer Cervicouterino (26 de marzo), la doctora Elsa Díaz López pidió a la población "no ver la vacunación contra el VPH como la anticipación de una infección de transmisión sexual. Sino como una prevención de cáncer, una enfermedad que es totalmente prevenible”.
Recordó que en México la vacunación contra VPH sugiere terminar el esquema de dos dosis en menores de 15 años y de tres dosis en mayores de 15 años. Además, prioriza la aplicación a niñas de quinto grado de primaria y de 11 años no escolarizadas, e incluir a población de riesgo como lo son: mujeres y hombres cisgénero y transgénero que viven con VIH, niñas y mujeres adolescentes que se encuentran en protocolo de atención por violación sexual y mujeres de hasta 16 años de rezago.