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México SA

24 de marzo de 2025 08:09

La presidenta Claudia Sheinbaum lo ha dicho reiteradamente: México es un país libre, independiente y soberano, y nuestra soberanía no está a negociación, y cada que lo expresa en público la referencia obligada es la embestida de Donald Trump en contra de nuestro país, por mucho que el cavernícola de la Casa Blanca continuamente le lance piropos y de ella hable maravillas.

Lo cierto es que caen las hojas del calendario y el 2 de abril está a la vuelta de la esquina; es decir, la fecha fijada unilateralmente por quien despacha en la Oficina Oval para imponer aranceles recíprocos a lo que se le ocurra, y aunque México podría esquivar, en la medida de lo posible, buena parte de esa embestida, la amenaza se mantiene sobre todo si se recuerda de parte de quién viene el golpe imperial. Para eso, en Palacio Nacional confían en la negociación bilateral y en el contenido del T-MEC (de acuerdo con cifras del gobierno mexicano alrededor de 90 por ciento de las exportaciones nacionales al vecino del norte están libres de aranceles), aunque existen productos exportados a ese destino que han quedado fuera de ese mecanismo comercial.

Un par de esos últimos son el acero y el aluminio, más sus derivados, los cuales ya causan aranceles (25 por ciento) desde el pasado 12 de marzo, por mucho que al gobierno estadunidense se le ha documentado y demostrado que México exporta esos productos en menor cuantía de los que importa desde Estados Unidos, de tal suerte que la reciprocidad es mero cuento imperial, que para eso Trump se pinta solo. Y será el 2 de abril cuando el gobierno mexicano decidirá si recíprocamente arancela las importaciones gringas de dichos productos.

La presidenta Sheinbaum ha dicho que México no tiene impuestos a los productos que llegan de Estados Unidos, porque tenemos un tratado comercial. Entonces, si nosotros no le ponemos impuestos a lo que llega de Estados Unidos, pues Estados Unidos tampoco le pondría impuestos a lo que llega de México, porque es la reciprocidad. Entonces, por eso es tan importante que se haya aplazado hasta el 2 de abril, porque ya no sólo es México, Canadá y China, que fue el anuncio que hizo hace unos días o que ya veníamos desde el 2 de febrero, sino que nos pone, digamos, a México y a Canadá en el mismo marco que el resto del mundo.

La mandataria lo planteó así: Trump “había dicho: ‘bueno, por el tema del fentanilo y otros asuntos, a México lo vamos a sancionar’. Entonces, después dice: ‘bueno, no, se levanta todo lo que esté dentro del tratado comercial y pasa todo al 2 de abril’, en donde pasamos a ser evaluados como el resto del mundo. Obviamente, hay que esperar, porque también conocemos que a veces se dice otra cosa, pero en principio ya no va a haber estos aranceles porque hay un asunto de reciprocidad. Pero el 2 de abril no es como la vez anterior, que nos pasó a un mes cualquiera o que acordamos un mes cualquiera, sino el 2 de abril, ya es un asunto en donde México está en el marco internacional, no hay un asunto especial con México”.

Por eso mismo, la presidenta Sheinbaum no debe echar en saco roto lo que ella misma anunció semanas atrás: de consolidarse este tema de los aranceles, hay que hacer una evaluación muy importante de la diversificación geográfica de la economía mexicana; tenemos que reorientar la visión. Entonces, con o sin aranceles y por seguridad nacional, nuestro país debe abandonar la política de todos los huevos en la misma canasta.

No es gratuito que algunos organismos internacionales, como la OCDE, adviertan que la imposición de aranceles y el consiguiente aumento de la incertidumbre política y geopolítica actuarán como un lastre, en particular para la inversión empresarial y el comercio. Además, se espera que el aumento de los costos del comercio se traslade gradualmente a los precios de los bienes finales, lo que ejercerá una presión adicional sobre la inflación en muchos países y obligará a que la política monetaria siga siendo restrictiva durante más tiempo de lo previsto. Es probable que esos aranceles sean particularmente costosos para México y Canadá.

Las rebanadas del pastel

Dice la presidenta Sheinbaum que no puede tolerarse que seamos la decimosegunda economía del mundo y que nuestros ríos sigan contaminados. Qué bueno que lo subraya, porque desde hace más de una década, dos de ellos (Sonora y Bacanuchi) están contaminados por el ecocidio de Grupo México y el tóxico Germán Larrea (14 de agosto de 2014), y así se mantiene por la negativa del corporativo a reparar el daño, más la negligencia gubernamental. ¿Será que le tienen terror a ese barón?

Twitter: @cafevega

cfvmexico_sa@hotmail.com

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