Pues resulta que cada día se alarga la lista de enemigos del nuevo régimen estadunidense, y su diversidad e inclusión ofrecen un registro valioso si se le da un giro al viejo dicho: dime quiénes son tus amigos y te diré quien eres; ahora sería: dime quiénes son tus enemigos para saber quién eres y qué quieres.
Ahora, esa lista incluye periodistas no alineados, artistas, académicos, científicos –sobre todo de clima y salud–, abogados, jueces, estudiantes, maestros, defensores de libertad de expresión y los derechos de mujeres, gays y minorías y casi todo inmigrante indocumentado o legal. La lista también incluye disidentes y los que se atrevieron a cuestionar al actual ocupante de la Casa Blanca desde hace años, entre ellos fiscales, agentes de la FBI y hasta ex jefes del Estado Mayor.
Los mensajes oficiales son explícitos: en cada ocasión que un medio, juez, abogado, manifestante, estudiante y defensores de derechos y libertades civiles, entre otros, se atreva a criticar o denunciar algo de su gobierno, es declarado no sólo falso, sino parte de un complot de la izquierda radical.
Y esa izquierda radical aparentemente está en todas partes, desde el ex presidente Biden hasta académicos y estudiantes que protestan por la complicidad estadunidense en la guerra de Israel contra el pueblo palestino, así como dentro de agencias y dependencias del gobierno, las fuerzas armadas y agencias de inteligencia, entre otras.
No sólo son izquierdosos, sino delincuentes. Trump acusa que algunos medios de noticias están cometiendo actos ilegales, sin precisar cuáles, y pide que sean investigados. Ni cesa de atacar a todo juez que se atreva a enjuiciarlo o cuestionarlo –en el caso de la deportación de venezolanos donde un juez federal investiga si el Ejecutivo desobedeció su orden para frenar el traslado de los acusados, Trump acusó que ese juez es un izquierdista radical lunático que debería de ser destituido. Y ahora acaba de ordenar que el Departamento de Justicia sancione a abogados y sus bufetes que presenten litigios no razonables contra el gobierno y que también se investigue el comportamiento de abogados defensores de inmigrantes. Ante acusaciones de que su gobierno está violando leyes, respondió con la frase de Napoleón: aquel que salva a su país no viola ninguna ley.
Algunos especulan que Trump y su equipo están realizando redadas y arrestando a estudiantes y activistas inmigrantes –el estudiante palestino Mahmoud Khalil ahora se declaró prisionero político– despidiendo a fiscales y agentes, ordenando el cierre de agencias federales y atacando a universidad como parte de un show bien producido casi diario, todo para preparar el terreno de actos aún más severos para desmantelar el estado de bienestar, dinamitar las conquistas políticas y sociales de décadas en el terreno de derechos civiles de minorías, mujeres, la comunidad gay y educación y también preparar la maquinaria de represión política contra posibles manifestaciones y otros actos anti Trump.
“No existe precedente… Es un ataque multifrente sobre virtualmente cada aspecto de la sociedad civil… No creo que este país haya visto antes un asalto total contra los principios básicos de libertades civiles y los principios fundamentales de gobernanza constitucional”, resume el profesor de leyes y ex director legal de la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU) David Cole entrevistado por el New York Review of Books. La historiadora Heather Cox Richardson afirma que ya estamos en un golpe de Estado en el cual busca imponerse un caudillo.
No hay día que no se libre un ataque contra un enemigo de este régimen. Ahora mucho depende de si los enemigos son capaces de juntarse para enfrentar lo que todos coinciden es una amenaza a esta democracia. Como comentó un abogado de inmigración en torno a que gente como él están en la lista de enemigos del régimen: a mucha honra.
Marc Ribot, Steve Earle,Tift Merritt. Anti going to let them turn us around. https://www.youtube.com/watch?v=y2NPieowf1s
Cat Empire. Going to Live. https://www.youtube.com/watch?v=O-Rc3Jls8Nc