Jan Yunis. Mientras los rescatistas excavaban entre los restos de un edificio de apartamentos colapsado por un ataque aéreo israelí en Jan Yunis, Gaza, el jueves, podían escuchar el llanto de un bebé debajo de los escombros.
De repente, se escucharon gritos de “Dios es grande”. Un hombre salió corriendo de los escombros llevando a una bebé viva envuelta en una manta y la entregó a un equipo de ambulancia que esperaba. La niña se movía inquieta mientras los paramédicos la revisaban.
Sus padres y hermano murieron en el ataque aéreo israelí de la madrugada.
“Cuando preguntamos a la gente, dijeron que tiene un mes de edad y estaba bajo los escombros desde el amanecer. Había estado gritando y luego quedándose en silencio de vez en cuando hasta que pudimos sacarla hace poco, y gracias a Dios está a salvo”, dijo Hazen Attar, un socorrista de defensa civil.
La niña fue identificada como Ella Osama Abu Dagga. Nació hace 25 días, en medio de un frágil alto el fuego que muchos palestinos en Gaza esperaban que diera paso al fin de una guerra que ha devastado el enclave, matado a decenas de miles y desplazado a casi toda su población.
Solo los abuelos de la niña sobrevivieron al ataque. Murieron su hermano, madre y padre, junto con otra familia que incluía a un padre y sus siete hijos. Se vio a los rescatistas que excavaban entre los escombros sacando el pequeño cuerpo de un niño tendido en el colchón donde estaba durmiendo.
No estaba claro de inmediato quién se haría cargo de la niña rescatada.
Israel reanudó los intensos ataques en Gaza el martes, rompiendo la tregua que había facilitado la liberación de más de dos docenas de rehenes. Israel culpó a Hamas por la reanudación de los combates porque el grupo armado rechazó una nueva propuesta para la segunda fase del alto al fuego que se apartaba del acuerdo firmado en principio, el cual fue mediado por Estados Unidos, Qatar y Egipto.
Casi 600 personas han muerto en Gaza desde entonces, incluidas más de 400 solo el martes, según el Ministerio de Salud de Gaza. Los funcionarios de salud dijeron que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños.