Moscú. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de “excelente” la conversación que mantuvo este miércoles, durante más o menos una hora en inglés, con su homólogo ucranio, Volodymir Zelensky, quien aceptó la propuesta de no atacar la infraestructura energética rusa, un día después de que el Kremlin hizo lo propio.
“Uno de los primeros pasos para alcanzar el fin definitivo de esta guerra podría ser suspender los ataques a la infraestructura energética y de otro tipo civil. Apoyé este paso, y Ucrania confirmó que nosotros estamos dispuestos a llevarla a la práctica”, escribió Zelensky sólo en inglés en su red X al término de su plática con Trump, que definió como “positiva, sincera y muy sustancial”.
De su lado, Trump comentó en su red Truth que “la mayor parte de la discusión (con Zelensky) se centró en la llamada telefónica con el presidente (ruso, Vladimir) Putin con el propósito de armonizar las peticiones y necesidades tanto de Rusia como de Ucrania”.
Según el magnate republicano, “todo va como estaba previsto y le pedí al secretario de Estado (Marco) Rubio y al consejero de seguridad nacional, Mike Waltz, que describan con precisión los temas discutidos. La respectiva declaración se dará a conocer muy pronto”, anunció.
Y en efecto, poco después Rubio y Waltz emitieron una declaración que, tras subrayar que Zelensky agradeció varias veces el apoyo que Trump brinda a Ucrania, confirma que el ucranio aceptó la iniciativa de tregua parcial del estadunidense.
De acuerdo con estos funcionarios, Zelensky pidió más sistemas de defensa antiaérea, en especial Patriot, para proteger a su población y Trump “prometió buscar que hay disponible en este sentido, sobre todo en Europa”.
Llama la atención que, al analizar lo que está pasando en la región rusa de Kursk, Trump no insistió más en la versión que le proporcionó Putin de que ’10 mil soldados ucranios estaban rodeados ahí’, y acordó con Zelensky “intercambiar de modo activo información de los Estados Mayores de sus ejércitos conforme evolucione la situación en los campos de batalla”.
Asimismo, el inquilino de la Casa Blanca se mostró especialmente interesado al sondear una posibilidad que promete más ganancias que el convenio sobre tierras raras, aparentemente relegado a segundo plano: que Ucrania venda a empresas estadunidenses sus centrales hidroeléctricas y atómicas.
Argumentó que ello traería muchos beneficios a Ucrania debido a que “la propiedad estadunidense sobre estas instalaciones sería su mejor defensa y un apoyo importante a su infraestructura energética”, dando a entender lo que ha dicho en otras ocasiones en el sentido de que “nadie se atrevería a atacarlas”.
Se espera que esta misma semana la diplomacia indirecta que está propiciando Trump se traslade de nuevo a Arabia Saudita, la cual se ofreció a ser sede de las negociaciones que está previsto que sostengan Estados Unidos y Rusia, por un lado, y por el otro, Estados Unidos y Ucrania.
Los negociadores tratarán de resolver las cuestiones técnicas relacionadas con el cumplimiento de la tregua parcial energética y explorar la posibilidad de ampliarla a crear condiciones para una navegación segura en el mar Negro, es decir, procurarán sortear las numerosas objeciones de Moscú y Kiev.
La experiencia de esta madrugada (miércoles) no resultó muy halagadora: horas después de que Trump y Putin acordaron no atacar instalaciones energéticas durante 30 días, Rusia y Ucrania se acusaron de violar la tregua parcial, aunque en sentido estricto sólo esté miércoles Zelensky aceptó sumarse al entendimiento.
El ministerio ruso de Defensa llegó a decir que en el momento mismo que Putin dio la orden de no atacar ese tipo de infraestructuras, siete drones volaban en dirección hacia “instalaciones energéticas de tipo militar” en la región ucrania de Mikolaiv y un cazabombardero ruso tuvo que derribar sus propios aparatos aéreos no tripulados.
Su contraparte ucrania, aseveró que misiles rusos impactaron en infraestructuras energéticas de la empresa nacional ferroviaria en la región de Dnipró y en el sistema eléctrico de la ciudad de Sloviansk, en Donietsk.
Moscú, de su lado, responsabilizó a Kiev de atacar con drones un depósito de petróleo en la región rusa de Krasnodar, que provocaron un gran incendio en sus instalaciones.
La noticia positiva del día llegó con la mediación de Emiratos Árabes Unidos: el canje de 175 prisioneros de guerra cada uno, intercambio que adelantó Putin en su conversación con Trump.