Ciudad de México. La Shakiramanía comenzó a percibirse en las inmediaciones del Estadio GNP Seguros, al oriente de la capital mexicana, por lo menos desde tres horas antes de que la cantautora colombiana dé principio el primero de sus siete conciertos en ese escenario, programado partir de las 20:30 horas de este miércoles.
El tránsito vehícular se torna cada vez complejo en las inmediaciones de esa mole de acero y concreto conforme se aproxima la hora anunciada. Ansiosos y apresurados conductores buscan dónde estacionar sus autos mientras franeleros y vienevienes , arriesgando el físico, se adentran a las principales avenidas para ofrecer "el mejor lugar, el más seguro", sea cerrado o al aire libre, en algunas de las calles de las inmediaciones, por cuotas que van de 200 a 350 pesos.
De los autoestéreos de no pocos vehículos se escuchan a todo volumen varios de los éxitos de la cantautora, acompañados a todo pulmón por los o las ocupantes de la unidad.
Al mismo tiempo, al exterior del foro de espectáculos, decenas, cientos, miles de seguidoras y seguidores de la colombiana se aproximan a las puertas de entrada, deteniendo su camino en las decenas de puestos ambulantes donde se expende una variopinta parafernalia de recuerdos del concierto, efectuado como parte de Las Mujeres No Lloran World Tour, con el cual Shakira regresa a nuestro país después de casi siete años de ausencia
Playeras, tazas, toallas, cobertores, plumas, sudaderas, pelucas, termos, botones y pines con la efigie de la intérprete, el título de la gira o un fragmento de alguna de sus canciones, aguardan en espera del mejor postor, así como infinidad de caderines como el que la artista luce y hace vibrar con sus hipnóticos movimientos de cadera, y pelucas moradas como las que utiliza en el videoclip de su tema Las de la intuición.
No todo queda allí, pues son muchos los grupos de amigas o familiares que pueden verse ataviadas con el look de ese video, complementado por camisas blancas y faldas negras. También pululan fans que emulan la vestimenta y ademanes de su estrella, con pantalones de cuero en negro, o imitación de, uncidos al cuerpo, lo mismo que ajustadas blusas con brillos y botas asimismo destellantes, algunas de tipo vaquero.
En algunos de esos puestos también se ofrece maquillaje como el de la intérprete de Loba y Waka waka, o simplemente brillitos para acentuar la belleza. No faltan los de alimentos y botanas, desde elotes y chicharrones preparados, hasta pizzas, tortas y tacos de cuanta variedad uno imagine, así como aguas y refrescos.
Falta ya menos tiempo y la emoción se percibe en el ambiente, tanto como elementos policíacos en torno de la zona. Las hordas de público siguen incrementándose al igual que los pítidos de infinidad de automovilistas que, desperados, buscan llegar a tiempo, sea al concierto, el hogar o el trabajo.