Londres. El Newcastle destronó al vigente campeón Liverpool en la Copa de la Liga inglesa al ganarle 2-1 en la final, este domingo en Wembley, con lo que consigue así su primer trofeo nacional desde la Copa de Inglaterra de 1955, hace setenta años.
Dan Burn (minuto 45) y el sueco Alexander Isak (52) firmaron los tantos del título de las Urracas mientras que el italiano Federico Chiesa (90+6) acortó en el descuento final para un Liverpool que sufre su segunda decepción de la semana, cinco días después de quedar eliminado ante el París Saint-Germain en los octavos de final de la Liga de Campeones.
Desde la FA Cup de 1955, el Newcastle perdió cinco finales en Copas nacionales, dos en la Copa de la Liga y tres en la Copa de Inglaterra. La sexta, por fin, fue la del final de la sequía.
"No tengo palabras. ¡Es el mejor día de mi vida! Para ellos (los aficionados), esto es como el Mundial. La gente fue creciendo y no había visto a este club como campeón", declaró el capitán brasileño del Newcastle, Bruno Guimaraes, a Sky Sports.
Después de la Copa inglesa de 1955, el Newcastle había logrado un título internacional, la Copa de Ferias en 1969, en una competición ya extinta y sin consideración oficial por parte de la UEFA.
El Newcastle inscribe así por primera vez su nombre en el palmarés de la Copa de la Liga y lo hace precisamente ante el Liverpool, defensor del título y que tiene el récord de victorias (10) en esta competición.
Semana de pesadilla
El Liverpool sale muy tocado anímicamente de esta semana, especialmente tras el adiós en la Champions, y se ve obligado ahora a concentrarse en la Liga Premier, donde tiene 12 puntos de ventaja sobre el segundo, el Arsenal, por lo que parece tener en cualquier caso cerca la reconquista del título después de cuatro temporadas de reinado del Manchester City.
El dominio del Newcastle en la final del domingo fue total, de la A a la Z, como si sus jugadores tuvieran grabado a fuego el mensaje que se leía en el inicio del partido en una gran pancarta: "Escribid vuestro nombre en los libros de historia".
En la primera mitad, el Liverpool fue claramente superado y dio una imagen irreconocible, completamente inofensivo. Su único tiro a puerta, y ni siquiera entre los tres palos, llegó ya instantes antes del descanso.
Poco antes, el Newcastle se había adelantado, en el 45, con un remate de cabeza de Big Dan Burn en un saque de esquina lanzado por Kieran Trippier.
Burn, de 32 años, festejó así de la mejor manera el anuncio el viernes de su primera convocatoria con la selección de Inglaterra.
Zarpazo letal de Isak
En la segunda mitad, el Liverpool parecía de entrada más despierto, pero el Newcastle le dio una ducha de agua fría.
Dos minutos después de que le anularan un gol por fuera de juego, el artillero sueco de los blanquinegros, Alexander Isak (53), fusiló ante Caoimhin Kelleher con un tiro desde la zona del punto de penal, tras recibir una asistencia de cabeza de Jacob Murphy.
El Newcastle, sexto de la Liga Premier, completó a partir de ahí un trabajo defensivo perfecto, que frustó una y otra vez a un Liverpool que no encontraba cómo reengancharse al partido.
Cuando lo consiguió, ya era demasiado tarde. Un pase entre líneas permitió a Chiesa quedar mano a mano con el arquero rival y batirle. El tanto fue validado tras una revisión en el VAR, pero era ya el 90+6 y el Liverpool no tenía tiempo para mucho más.
El pitido final dio pie a la gran fiesta del Newcastle, con su entrenador Eddie Howe saltando por el césped de Wembley.