Es participación social en salud “desde abajo” recibir fondos del IMSSBienestar (Alejandro Shvarch) para con “asambleas de derechohabientes” del Issste inducir Comités de Salud del Bienestar (Cosabis) –organizados desde arriba por la Secretaría del Bienestar– y luego dispersar desde ellos un goteo de recursos a los insuficientes y deteriorados servicios de salud del Issste? ¿Es la manera adecuada de invertir en los desfinanciados servicios de los trabajadores públicos, presentándola además como “participación social”?
Según Shvarch, La Clínica es Nuestra es un proceso de “democracia participativa” del IMSS-Bienestar muy sólido que en 2025 “incorpora” a los compañeros del primer nivel del Issste –trabajando con la misma metodología– para el “florecimiento” de ese primer nivel (Conferencia matutina, 22/1/2025). Todo el fondo del IMSS-Bienestar suma 6 mil 300 mdp y, a diferencia de la “participación” social bajo la responsabilidad de Shvarch –que atiende a población sin seguridad social–, la de Batres en el Issste cubre un universo absolutamente diferente, constituido por sus derechohabientes.
Con el financiamiento de Shvarch (nunca precisado) y la logística de la Secretaría del Bienestar, Martí Batres, director general del Issste señaló que el objetivo fundamental de La Clínica es Nuestra es “mejorar” infraestructura, equipamiento y mobiliario de las unidades con “participación comunitaria” de los derechohabientes para mejorar las “condiciones” de su atención. ¿Y eso cómo se logra?
Con un universo nacional de 565 clínicas de primer nivel, luego indicó que se hacen “asambleas” de derechohabientes adscritos a cada clínica y se elige un comité –con presidente, secretaria técnica, tesorera– que también aprueba el proyecto a realizarse en la unidad. Él “ejerce” los recursos, contrataciones, obra. Es un proceso, dijo, de “apropiación” social/cultural de las comunidades sobre sus unidades. ¿Seguro? Se “fortalece” el tejido social porque “la gente se junta, se conoce, se une”. ¿Eso lo “fortalece”? ¿Cómo?
Se “favorece” la construcción de la identidad del personal de salud con la derechohabiencia. ¿Y eso cómo se logra? También se “fortalece” el enfoque preventivo porque es el primer nivel. ¿Y cómo se lo fortalece? Además que se “fomenta” la economía local. ¿Cómo? Los recursos, remató, se aplicarán para impermeabilizar, mejorar instalaciones eléctricas, hidráulicas, acabados, techumbres, bardas perimetrales, baumanómetros, estetoscopios, oxímetros y mobiliario: sillas, anaqueles, pantallas, botiquines.
La secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, aclaró que las asambleas se llevan con un “facilitador” (servidor de la nación) y un “secretario técnico (de la plantilla del Issste) para “instalarla” y “dirigir” los primeros trabajos (Conferencia matutina, 22/1/2025). Es decir, una asamblea inducida desde arriba (como documentan relatorías sobre su instalación, 15/3/2025).
Después se distribuyó una convocatoria, de la Dirección de Oficinas de Representación Issste, invitando a participar en asambleas de La Clínica es Nuestra (15/2/2025) acudiendo a la que “te corresponde” y participar en la asamblea “comunitaria” que determinará las “mejoras”, además de elegir el Cosabi que “garantizará” la gestión de los proyectos. Tu participación es “importante”. Detallando objetivos y funcionamiento para “ayudarnos” a mejorar 565 clínicas, los Cosabis (Comité de Contraloría Social (uno a tres derechohabientes) y el Plan de Trabajo.
Otra convocatoria publicitó: “ayudamos” a mejorar 13 unidades de medicina familiar detallando objetivos, Cosabis, funcionamiento, comité de contraloría social y plan de trabajo. Respecto a las asambleas comunitarias enfatizó que ellas son el mecanismo de participación para “designar” (desde arriba) y conformar los Cosabis aclarando que la integración estará sujeta a las “dinámicas” de vida de la población, sus tiempos y mecanismos de organización. ¿Cuáles mecanismos si esa “organización” deriva –en el caso de La Clínica es Nuestra, de Batres– de la inducción de la Secretaría de Bienestar con su “facilitador” (servidor de la nación) y del propio Issste con su “secretario técnico” (que forma parte de la plantilla del Issste)?
Frente al urgente fortalecimiento del seguro salud-Issste y la cascada de recursos que reclama, se aprecia que arribar desde la política en general a la seguridad social, como el caso de Batres (presidente del partido Morena 2014-2015), puede conducir a propuestas sin real soporte sanitario.
¿Su participación social en salud “desde abajo” consiste en dictar, con la Secretaría del Bienestar, los Cosabis desde arriba para dispersar desde ahí un goteo de recursos provenientes del IMSS-Bienestar? ¿Ello rompe la “pasividad” ciudadana y “fortalece” el primer nivel “preventivo”? ¿Es antineoliberal? ¿O es otra cosa? La participación social en salud siempre será bienvenida, pero bien labrada con la población y con precisión sanitaria.
UAM-X