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Arnulfo Aquino, arte y movimientos populares

11 de marzo de 2025 00:01

Hay artistas que encarnan el espíritu de una época. El recientemente fallecido diseñador gráfico y pintor nochixtleco Arnulfo Aquino Casas es uno de ellos. Sus obras resumen sueños y afanes de una generación que se lanzó a tomar el cielo por asalto. No contento con eso, dedicó grandes esfuerzos a una infatigable labor como investigador, profesor, editor y coleccionista, en la que trazó documentadas cartografías para ubicarse y transitar las rutas abiertas por los muchos 68. 

En su texto “La creación de una estela”, incluido como apéndice en el libro de Raúl Álvarez Garín, La estela de Tlatelolco, Aquino escribió: “No pertenezco ni he pertenecido a partidos políticos. Sólo soy un participante del movimiento. He asumido mi compromiso con los compañeros que lucharon y cayeron, porque me tocó marchar con ellos, gritar y guardar silencio, descubrir una realidad diferente a las mentiras que siempre me contaron de la historia, de la patria y del país; porque me tocó verlos caer mientras corríamos; porque le debo mucho al 68: ubicación y proyecto social, trabajo colectivo, compañeros de generación, aspiración de democracia y libertad, necesidad de justicia. Fui marcado y a partir de ese momento he construido y reconstruido mi vida en comunión con mi generación”. 

Nacido en 1942, cronista visual y ensayista, promotor y participante de proyectos colectivos, en sus obras y ensayos se documentan más de cinco décadas de cruces y encuentros entre arte y movimientos populares. En 1965, entró a estudiar en la Escuela Nacional de Artes Pláticas de San Carlos, en la UNAM. Desde entonces, hizo de la militancia plástica la vida misma. 

Al año siguiente de ingresar a San Carlos, junto a sus compañeros, se incorporó al azaroso movimiento contra el rector Ignacio Chávez, enarbolando demandas específicas. Tenían críticas a la forma de gobernar la escuela y a las deficiencias de sus planes de estudio. Durante el paro, cuidaron celosamente las instalaciones en las que había valiosísimas obras de arte. Se prepararon para hacer política estudiantil en otro nivel. Allí le nació su compromiso de estar cerca de los movimientos populares. 

El movimiento del 66 logró la caída del director de la institución, Carlos Arellano Fischer. Creó talleres independientes, en abierto desafío a un rígido plan de estudios. Abrió la puerta a maestros invitados, que llegaron con nuevas enseñanzas y prácticas. Permitió que los estudiantes descubrieran otras formas artísticas más allá de las enseñadas por los maestros de la Escuela Mexicana de Pintura y se iniciaran en otras maneras de entender y hacer arte. Arnulfo abrevó de todas. 

Cuando el movimiento de 1968 estalló, San Carlos desempeñó un papel central en la producción de obra gráfica. Aunque muchos alumnos buscaban su propio estilo, al calor de la movilización les brotó el escozor de participar política y socialmente. Según su amigo y colega Jorge Pérez Vega: “Mandábamos delegados al Consejo Nacional de Huelga. Nos llamaban los artistas. Y nosotros nos decíamos: ‘no tenemos la capacidad de oratoria que tienen los cuates aquí. No podemos plantear coherentemente en público muchas ideas, pero sí podemos hacer imágenes, contribuir con la divulgación de sus contenidos con grabados y estampas’. Fue allí donde Arnulfo y yo coincidimos”. 

Los jóvenes artistas recurrieron a un lenguaje accesible, sencillo, en el que la figura era indispensable. El pueblo al que dirigían el mensaje necesitaba captarlo fácilmente. Las primeras imágenes que trabajaron, tanto en grabado como en serigrafía, fueron el pliego petitorio de seis puntos y la exigencia de diálogo público. Después sacaron el coraje que les producía la represión y elaborando poderosos carteles de denuncia. 

Cuando el ejército tomó Ciudad Universitaria, Pérez Vega y Aquino estaban adentro. Les avisaron. Arnulfo escondió su credencial bajo un árbol y Jorge se quedó con la suya. Brincaron la barda de Odontología, pasaron los tanques y lograron escapar. Regresaron a su escuela a continuar con la producción gráfica”. 

Ante la represión del 2 de octubre, los estudiantes de San Carlos que se encontraban en la plaza de Tlatelolco corrieron. No se volvieron a ver hasta días después. Pasada la matanza se dijeron: “La gráfica, los testimonios y todo lo que tengamos hay que irlo juntando, hay que reunirlo, para difundirlo”. Promovieron la organización de multitud de exposiciones colectivas en muchas escuelas. Luego las exhibieron en sindicatos. La crítica y discrepancia plasmada en imágenes se convirtió no sólo en denuncia, sino en celebración y pedagogía. 

El cartel fue para Arnulfo Aquino el elemento primordial de su producción artística. Mientras colaboró con la Universidad Autónoma de Puebla se encargó del diseño gráfico y la elaboración de pósters. Desarrolló gran cantidad de series, personajes y situaciones, como la represión del 10 de junio o la masacre de Acteal, al tiempo que atendió publicaciones, y diseñó libros y folletos. Integrante del Grupo Mira entre 1977 y 1982, construyó –alimentada por su labor de profesor– una visión erudita de su materia de trabajo. Con otros artistas y diseñadores, acompañó los primeros años de la rebelión zapatista y compiló y difundió una colección gráfica de la insurrección. 

Pintó murales. Cuando él y otros compañeros del Grupo 65 estuvieron con chicanos en Estados Unidos, pintaron un mural en Merced, California. De regreso a México, junto con Melesio Galván y otros artistas jóvenes, ejecutaron otro en una escuela en la calle de Durango, que finalmente fue borrado. Elaboró uno más en el Instituto José Martí, junto a la Alameda de la Ciudad de México. 

Arnulfo participó en la fundación del Comité del 68. Junto al escultor Salvador Pizarro, elaboró La estela de Tlatelolco, homenaje a los caídos el 2 de octubre de 1968, develado en 1993. Entre una rica constelación de carteles, comunicados gráficos, pinturas y libros de su autoría sobre arte y movimientos populares, la estela simboliza al 68 insumiso y rebelde, al que el militante plástico fue fiel hasta el último soplo de vida. 

X: @lhan55

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