Berlín. Los lazos de colores en el pelo, los ojos enormes, la boca pintada de colores vivos... a la excéntrica y aguerrida rockera punk alemana Nina Hagen, quien celebra por estos días sus 70 años, le encantan las máscaras.

Hagen asegura que, en este momento, no tiene tiempo para responder entrevistas. En cambio, esta mujer ícono punk y nacida en la extinta República Democrática Alemana (RDA) festejará su cumpleaños el 11 de marzo en un estudio de grabación, inmersa en la preparación de un nuevo álbum.

Nina Hagen representa en sí misma una verdadera biografía germano-alemana y una historia de décadas de ideas chispeantes y música original, así como de altos y bajos.

Su éxito en la RDA "Du hast den Farbfilm vergessen" (Olvidaste la película de color) la hizo famosa primero en el este y luego incluso la llevó al escenario político en la ceremonia de despedida de la canciller Angela Merkel en 2021.

En Alemania Occidental, en tanto, millones de "boomers" recuerdan su "Ich glotz' TV" de finales de los '70, revolucionario hasta hoy para su mánager de entonces, Jim Rakete: "Fue como aire fresco".

Y luego también perduran en la memoria los consejos de Nina Hagen sobre orgasmos femeninos en un talkshow de una cadena austriaca de televisión o el escándalo en un programa televisivo con Merkel, por entonces ministra de Asuntos de la Mujer, sobre la política de drogas.

"Le gritaré todo el tiempo que quiera", bramó a las cámaras en 1992 la cantante, entonces muy rubia, y luego salió furiosa del estudio. Su colega Udo Lindenberg calificó en una ocasión a la cantante de "fuerza de la naturaleza".  "Creo que no deja que nadie le diga nada, absolutamente nada", afirmó su hija, la actriz Cosma Shiva Hagen, en un documental sobre su madre.

Pero para la propia Nina Hagen no hay nada especial en todo esto. "Yo no provoco en absoluto, son los fascistas los que provocan", refunfuñó una vez ante un micrófono al margen de un concierto.  Nina Hagen nació el 11 de marzo de 1955 en Berlín Oriental, hija de la actriz Eva-Maria Hagen. Más tarde cantaba para sí misma en el camerino del teatro de su madre y descubrió así su poderosa voz operística, que se convirtió en su marca de identidad.  De chica, siempre era "hija de", contó alguna vez. "Eso era terrible". También sintió el abandono, contó a una emisora de televisión. No fue un fracaso de su madre. "Era simplemente una forma de pensar de la RDA, que se dejaba solos a los niños durante medias jornadas y noches interminables".

Su madre, que alcanzó la celebridad, estuvo en pareja en la RDA con el compositor crítico Wolf Biermann, su padrastro. Cuando Biermann fue privado de la ciudadanía de la RDA en 1976, Eva-Maria Hagen y su hija partieron con él a Alemania Occidental.  Su gran éxito llegaría con su álbum debut "Nina Hagen Band". Por entonces, Jim Rakete era su representante. Le inspiró su peculiar juego de palabras y su punk alemán.

"Pesqué la mejor época con ella", cuenta el mánager por teléfono.

"Ella abrió una puerta por la que pasaron muchos otros". Y asegura además que sabía generar caos en un sentido positivo.

En los años siguientes irían apareciendo nuevos colegas y constelaciones en Ámsterdam, Rio de Janeiro y Los Angeles. Y Nina Hagen volvía a ofrecer siempre nuevas versiones de su burbujeante talento. Punk o reggae, Brecht u ópera, sonidos esotéricos o guitarra acústica.  Después se convirtió en actriz y voz de doblaje (trabajó incluso en la cinta de animación "La abeja Maya").

Más tarde, Nina Hagen pasaría revista a excesos con las drogas, avistamientos de ovnis y relaciones caóticas y decidió bautizarse en 2009. "Mi misión es predicar el Evangelio", dijo en Bibel TV. "Quiero que estalle la paz mundial".

A lo largo de los años, hizo campaña por causas sociales, contra la experimentación con animales y a favor de un hospicio en Colonia.

Ahora el ícono punk es abuela, ya que su hijo Otis fue padre en 2022.