Todo depositado en el ánimo imperial. Trump, según versiones de cuando menos dos secretarios de su gabinete, seguiría escuchando "ofertas" de los gobiernos canadiense y mexicano para "aliviar" en parte el golpe de los aranceles. Suavizar, dulcificar, para que el dictador de órdenes desde Washington llegase a aceptar rebajas, atenuaciones.
En ese contexto surgió ayer el primer signo de autocorrección: los aranceles a empresas productoras de automotores gozarán de un mes de gracia. Pero, esencialmente, para que esas compañías definan el traslado de sus plantas en México hacia Estados Unidos. Pausa de un mes luego de llamadas telefónicas de los máximos directivos de Ford, General Motors y Stellantis, que junto con Nissan estudian seriamente la posibilidad de moverse al norte para evitar castigos arancelarios.
En ese engañoso paquete de concesiones, la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, dijo a Bloomberg News que ciertos renglones agrícolas mexicanos podrían librarse de cargas arancelarias. "Todo está sobre la mesa", planteó. ¿Ello podría referirse a fresas, limones, tomates o aguacates mexicanos, por ejemplo? No necesariamente: la funcionaria gringa habló de potasa y otros fertilizantes necesarios para los agricultores estadunidenses.
En México, mientras tanto, la cúpula de representación formal de los empresarios manifestó respaldo a la presidenta Sheinbaum, a tal grado que unos 300 de esos negociantes estarán presentes en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México para reiterar tal apoyo. Ayer, durante hora y media, dialogaron con la presidenta Sheinbaum y miembros de su gabinete. El eje concertador fue Altagracia Gómez, la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico de la Presidencia de la República.
El muy propicio presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, hizo saber a los reporteros: "lo que estamos ahorita haciendo es un frente común con la Presidenta, apoyándola, para que esta negociación tenga un buen avance (...) Y, bueno, el Plan México es algo que es parte de la agenda bilateral, vamos a llamarle, y que va a ayudar muchísimo, ¿no? Para que las empresas mexicanas puedan subir el contenido nacional". Adelantó que esos representantes empresariales tendrán hoy "a las 10:30 una reunión previa a otra reunión con la Presidenta".
En su matutina conferencia de prensa, Sheinbaum mantuvo la ecuanimidad declarativa. Para evitar la confrontación, arguyó que "el presidente Trump tiene su manera de hablar, lo hemos dicho muchas veces", aunque subrayó que, de sostenerse los multicitados aranceles, "nosotros también tenemos que tomar decisiones (...) y son decisiones importantes para el futuro del país; no son menores, son decisiones sustantivas". También planteó que "sí, se va a buscar, si es necesario, otros socios comerciales, todo para proteger a México y a los mexicanos, en el marco de nuestra soberanía y de la dignidad".
El vicepresidente James David Vance, muy activo y protagónico, estuvo en Eagle Pass, la texana población estadunidense que colinda con la coahuilense Piedras Negras, para una visita de supervisión de instalaciones militares, acompañado por el secretario de Defensa y otros altos funcionarios. Desde ahí informó que Estados Unidos le está haciendo "un gran favor" a México al presionar contra las grandes organizaciones criminales, pues “si no logran controlar a estos cárteles, el pueblo de México se despertará en un narcoestado donde los cárteles tendrán más poder que su propio gobierno”.
A Vance le preguntaron con insistencia si es probable intervenir militarmente en México contra esos cárteles, lo que eludió en lo general, aunque en un momento dejó una imprecisión significativa: "no voy a hacer ningún anuncio sobre ninguna invasión a México aquí hoy. El presidente tiene un megáfono y, por supuesto, hablará sobre... estos temas cuando lo considere necesario". ¡Hasta mañana!
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