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La crueldad ¿es natural o racional?

05 de marzo de 2025 00:01

Uno. Cuando El País de España era un periódico más o menos progre… (perdón, digerible), envié a “mi-otro-yo” un breve y lapidario comentario del valenciano Manuel Vicent, titulado “La crueldad” (11/4/99). Y es que para mi viejo la crueldad era algo tan difícil de concebir, que cuando echaba mano a su pasatiempo favorito (“palabras cruzadas”), solía dejar en blanco las casillas que debía llenar con algún sinónimo “relativo a lo cruel”. 

Dos. Papá agradeció el artículo, comentando que compartía las demoledoras reflexiones del valenciano. Resumo: “Habrá que aceptar humildemente que la crueldad humana es algo natural, efecto de una descomposición de minerales en algún bulbo del cerebro […]. Muchos intelectuales convertidos en estrategas tratan de compaginar los misiles con la misericordia. Todos deploran la guerra, todos lloran frente la tragedia de los deportados, todos maldicen la limpieza étnica”, etcétera. 

Tres. A un mes del texto de Vicent, La Nación, de Buenos Aires, entrevistó al respetado sicoanalista argentino Fernando Ulloa (1924- 2008), terapeuta que durante 15 años atendió a Les Luthiers, y perito en las causas de robo de bebés durante la dictadura cívico-militar (1976-83). Caso notable, pues su hermano gemelo fue el represor Roberto Ulloa (1924- 2020), capitán de navío y gobernador de la provincia de Salta en dos ocasiones: en dictadura (1977-83) y en democracia (1991-97). 

Cuatro. ¿De dónde surge la crueldad? Algunos fijan su atención en el entorno familiar o social, y otros en las pulsiones de Eros y Tánatos, trillado tópico freudiano. Sin faltar los que se escudan en la “banalidad del mal”, frívola expresión que la filósofa Hannah Arendt usó en 1961 para explicarse el perfil del nazi Adolf Eichmann. Hasta que en 2000 salieron a la luz pública las memorias que el propio genocida escribió en prisión, probando que lejos de ser “banal”, el exterminio de los nazis fue pensado, planificado y científicamente calculado en una de las sociedades más ilustradas y racionales de Occidente. 

Cinco. Una sociedad tan ilustrada y racional como la estadunidense, que llevó al poder a un gobierno que días atrás difundió imágenes de la deportación inmigrantes encadenados, y sus autores calificaron de “contenido relajante”. De menos de un minuto, la publicación incluye el emoji de un altavoz en el que destaca el tintineo de las cadenas y esposas, y el sonido que hacen al rozar las escaleras del avión. Y Elon Musk, el dueño de la red antisocial X, compartió el video de la Casa Blanca con un “Jajá, guau”. 

Seis. ¿Qué hacer ante eso? Quizá, ajustar lo que hay que tener, manifestando sin miedo la respuesta del presidente Gustavo Petro, cuando Musk festejó la motosierra que le regaló Javier Milei: “No saben que en Colombia ese instrumento se usó para descuartizar a miles de humanos. […] Las mutilaciones con motosierra fueron parte de los métodos de totura y exterminio de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, organización narcomilitar de extrema dereha”. 

Siete. La crueldad, asunto harto resbaladizo en que jueces y fiscales también ejercen la perversidad. Ejemplo: en la última audiencia del juicio por el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, el defensor de uno de los sospechosos pidió que se cite a declarar a la ex presidenta para que diga si se autopercibe mujer. Añadió: “Más allá de que biológicamente pueda ser considerada una mujer, no podemos tener certeza con esta cuestión, lo que sería indispensable para la tipificación de la fiscalía en razón de la violencia de género” (sic, Página 12, 7/11/24). 

Ocho. El doctor Ulloa supo distinguir entre agresividad y crueldad, pues a su juicio lo primero sería “parte de la conducta humana”, y lo segundo “requiere de un dispositivo sociocultural para prosperar”. Una hipótesis que se adelantó un cuarto de siglo al drama actual. Añade Ulloa: “En este fin de siglo, los jóvenes están impuestos de triunfar a edades cada vez más cortas; la solidaridad social parece circunscribirse sólo entre los menos, el individualismo crece y la violencia se disemina en las relaciones interpersonales”. 

Nueve. En cuanto al papel de los medios en una sociedad proclive a aceptar la crueldad como producto de consumo, Ulloa ensayó otra lectura: “Tal vez no hablaría tanto de los medios en sí, sino en el cómo se presentan los temas en los medios. Hay un teatro de la crueldad, un cine de la crueldad, que cumplen una función catártica, de denuncia. [...] Al mismo tiempo, los medios terminan convertidos en una frivolización que acaba en saturación, rompiendo incluso toda sensibilidad [...]. Los medios pueden tener una eficacia crítica, o un efecto anestésico”. 

Diez. Así, ayúdeme usted si conoce algún luchador social, sociólogo o politólogo de fuste, que haya arrojado algunas luces en países donde democráticamente y sin necesidad de represión sangrienta, el Estado practica deliberadas políticas de crueldad degradando normas y valores éticos, y arruinando la salud mental de millones de personas.



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